Una habitación para él

Nuestro piso es muy pequeño, de dos dormitorios. 

En nuestra habitación cabía la cuna pero con estrecheces. Pero ese no fué el motivo por el que David terminó durmiendo en nuestra cama (los verdaderos motivos podéis leerlos aquí).

La cuna apenas la usó, pero cosa curiosa. Su cuna pasó del dormitorio de matrimonio a su cuarto y después fué sustituida por una cama, era el paso lógico ¿o no? pues no tan lógico en realidad, porque ambas cosas sólo se usaban para acumular trastos, ropa para planchar, ropa de una puesta, juguetes...En fin, que esta habitación era lo que era, no el cuarto de David sino la habitación de desahogo. Donde acumular, planchar, tender los días lluviosos...qué os voy a contar.

En su peor momento

Un día nos entró la cosa de cambiar la decoración "de bebé" y convertirlo en su dormitorio. Busqué y busqué y recopilé y recopilé montones de fotos de camas de esas que aprovechan todo el espacio, que es lo que necesitábamos. Por ahí andan en alguna de las carpetas de Pinterest, pero...la lógica se apoderó de nosotros.

Si David duerme con nostros y no tenemos ninguna prisa por forzarle a dejarnos (máxime cuando se acerca el verano y ese cuarto no tiene aire acondicionado y le da el sol de lleno), si necesitamos espacio pero para el esparcimeinto...¿para qué diablos queríamos una cama?

Así que las "mejoras" las hemos hecho. 

El peque lo pasó de miedo ayudándome a quitar el papel pintado, que pensamos que sería muy difícil y resultó ser cosa de una horita.

Después con su papi ayudándolo a pintar. Papá ¿a que yo soy un pintador?

Al padre casi le da un ataque al ver cómo mojaba la brocha y embadurnaba la pared de pintura, que como era de una capa, muy espesa, se quedaban los brochazos todo marcados y con relieves, tenía que ir yo por detrás con una bayeta limpiando lo que el peque pintaba, pero sin que me viera, claro está, que si lo hacía se ofendía muchísimo porque estaba estropeando SU trabajo :)

A montar los muebles: mesita y sillas Kritter y estantería Trofast de Ikea.

Y así hemos convertido este horrible cajón desastre en un lugar agradable, para jugar, pintar, leer...hasta con una rincón de lectura (de quita y pón, que queda muy bien en las fotos, jeje, pero na más que en las fotos) ... y para acumular la ropa de la plancha, pero esta vez guardadita en los cajones. Ay, qué razón tiene el Feng Shui con eso de deshacerse de lo que no se necesita.

Esta entradadita va dedicada a todas las amigas que dicen que en los blogs nunca salen casas reales :)