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27 de septiembre de 2018

Si no puedes con el enemigo únete a él ¡coño!

Ahora que se que no me lee ni el tato lo mismo me da por volver por aquí de vez en cuando. Quiero volcar todos los post de nuestras cosas en una especie de libro, pero mientras que encuentro y no la forma de hacerlo, quizás siga engrosando el libro futuro con algún que otro post de tanto en tanto.

No se porqué coño David dice tantas palabrotas, que yo nos la digo con el delante, ni las dice su padre. Lo cierto es que es algo que arrastra desde hace muuuuuuuuuchos años. Espárragos le decíamos que dijera. Hemos probado de todo...reñirle, ignorar esa conducta, castigarle con lo poco que puede importarle...tan poco le importa todo que sin problema ninguno prefiere decir una palabrota y asumir el castigo que no decirla.  Vaya por delante que no creo en los castigos. Lo primero porque no me gusta la fórmula de educar en el miedo a las represalias, lo segundo porque se que no funcionan (al menos a mi). ¿Que porqué lo se? Porque soy así, contradictoria e imperfecta y cuando ya no se qué hacer, cuando pierdo los papeles de la coherencia castigo y no, no funciona.

No se porqué aún no he asumido que es un mal hablado y punto, porqué sigo luchando contra eso, pero no puedo evitarlo, no me gusta y como él se encarga de recordarme en cada momento que le imponga el castigo que toque en ese momento (honrado que es el angelito) lo sigo haciendo aunque no tenga ningún sentido.

Lunes, al salir del cole, toca paga...3€ (*apunte personal, recordar hablar en otro post de la paga). Uno para ahorrarlo para las vacaciones y dos para gastarlos en lo que le de la gana (dícese en cartas de futbol, o en la mierdecita que toque esa temporada). En el almuerzo ya se ha quedado sin los dos euros. 
- Mamá si digo una palabrota me quitas un euro, ¿verdad?
- Verdad verdadera así que tu sabrás, valora si te compensa decirlo y quedarte sólo con uno para gastar.
No una, sino dos veces...Valance 0€ de paga esta semana. Es fácil dejar de poder castigarlo con eso, dos palabrotas se dicen en un pis pas así que total me quedo sin castigo de quitarle dinero de la paga porque ya no le queda.

El otro día viendo la película "El verano de sus vidas" (o más bien intentando ver, porque hay que ver lo que me cuesta concentrarme cuando tengo el móvil al lado y lo difícil que es olvidarlo en la otra punta de la casa), no se porqué motivo la madre castigaba a una de las niñas a buscar dos palabras en el diccionario, a prendérselas y después decírselas. Me pareció un castigo la mar de mono, una forma encubierta de aprender, vocabulario aunque sea.

Así que terminando el almuerzo le he explicado que, como no podía quitarle más dinero, a partir de entonces el castigo por decir palabrotas sería ese, mismamente el mismo que en la película. A todo esto días antes comentaba su amigo A que en su tiempo libre de clase había estado buscando palabras en el diccionario con F y E. A David invertir así su tiempo libre ni se le había pasado por la cabeza, el es casi monotemático de plasti, así que pensé que quizás le picara el gusanillo con esto de los castigos sumándose también al juego del diccionario con sus amigos. Que la plasti está muy bien y le es muy necesaria porque la parte plástica es la más desatendida en clase y fuera de ella, pero oye, cambiar de vez en cuando no está mal tampoco. ¡Ay que me enrrollo!

El caso es que le ha encantado el castigo jeje, tanto que antes de acostarse ha estado un buen rato buscando palabras en vez de leyendo su libro de Wigetta.
- ¿Sabes mamá que este castigo no es tan malo?

En definitiva esto viene a ser un "Si no puedes con el enemigo, únete a él". Como no va a dejar de decir palabrotas, por lo menos que le sirva para aumentar vocabulario y para adquirir la destreza de buscar en él, aunque de poco vaya a servirle eso en este mundo a golpe de click en el que vivimos.

25 de octubre de 2017

Exposición, derechos, necesidad y miedo

¡Qué cosas! Cuando allá por el 2010 descubrí el mundo de los blogs de maternidad encontré en ellos el refugio de muchas madres ante la necesidad de comunicar, de expresar sus inquietudes, sus sentimientos en esa etapa convulsa y revolucionaria que es el inicio de la crianza. No hubiera pensado que al poco yo sería una de ellas. Entré tímidamente con los artículos de la tienda y al nada ya estaba "contando mis cosas" como siempre lo defino.

Me costaba entender cómo personas a las que seguía de repente dejaban de publicar, lo privatizaban y simplemente desaparecían. ¿Qué les pasaría para llegar a eso? Este blog colmaba mi necesidad de contar mi experiencia, de sentirme acompañada, comprendida (o no), a veces juzgada ¿porqué no? Es lo que tiene abrirte al mundo. Digamos mundo porque es así, nunca sabes quién está detrás de la pantalla empapándose de tu vida. La primera vez que me reconocieron por la calle casi me da un pasmo.

Este espacio fue creciendo a la par que mi hijo. Muchas personas lo/nos han visto crecer, evolucionar, tomar entidad como persona él (no quiero con eso decir que no lo fuera ya cuando nació, incluso antes, bueno, ya me entendéis), como otra persona distinta yo, con mi evolución. Entonces no sentía reparos en hablar abiertamente de todas nuestras miserias y nuestras grandezas. hasta que llegó un día que todo cambió. Con nuestra evolución llegaron las dudas ¿tengo derecho a contar esto de mi hijo? ¿le molestará que personas ajenas a nosotros lo conozcan tanto? ¿es justo que lo exponga de esta forma? Con las dudas y las restricciones que por ellas me imponía llegó la falta de ideas. ¿Si no hablaba de mis cosas de qué iba a hablar? Para todo lo demás que no fuérmos nosotros mismos hay miles de blogs por la red, ¿para qué uno más? Ese cariz no cumplía mi necesidad de expresión así que todo dejó de tener sentido. Dejé de escribir, dejé de contar, dejé de estar y desaparecí. Poco a poco, según me lo iba pidiendo el cuerpo. Soy de vivir cada etapa como va viniendo y sentí que mi etapa bloger había llegado a su fin. Tengo que reconocer que abrir blogger me daba grima, estar en redes sociales no me apetecía absolutamente nada, ¿ir a eventos? nanai de la china. Me fui de los grupos de whastapp, dije sistemáticamente no a los post de colaboraciones, jamás de los jamases volvía a entrar en Madresfera, o en Feedly...dejé de publicar en facebook...me olvidé. Y la verdad es que he vivido la mar de feliz este tiempo, pero ahora resulta que ahora que se que no me va a leer ni el tato me gustaría volver a estar por aquí, por mi rinconcito, contando mis/nuestras cosas. No para nadie sino para mi/nosotros pero para eso tengo que hablar con la otra mitad de este espacio, con mi pollito que ya se ha convertido en un...como se llame un pollito semiadolescente (semiadolescente, digo bien, madre mía que ya le ha salido un grano en la frente). Así que lo haré, leeremos algunos post antiguos para que se haga una idea, a ver qué me dice. Si me da permiso quizás VOLVERÉ...

                                                                                                                                                         ...o no

26 de enero de 2017

Verde hierba, amarillo sol. Gafas Siroko

Acogimos con ilusión y ganas el huerto del ampa del cole. Nos entregamos, lo intentamos, pero pronto nos dimos cuenta que aquello era una tarea demasiado demasiado para nosotros. Hacía falta mucha más gente (más tiempo, más entrega) para poder llevarlo en condiciones. Decidí desvincularme cuando fui consciente de no poder dar más de nosostros. Me costó, me dio pena. Me gusta el contacto con la tierra, pasar calor y frío, terminar cansada, con las uñas llenas de mugre y callos en las manos. Me gusta que me duerla la espalda. Qué cosas ehhhh. Me gusta el olor a tierra mojada cuando riegas al atardecer. Me gusta el cri cri de los grillos. Añoro el verano, se nota, ¿no?
Me gustaba hacerme una ensaladita con 15 tomates cherries, coger 6 pimientos y una miniberenjena. 

Como me gusta, quiero que le guste. Como nos desvinculamos quise que volviérmos. El formato ahora era distinto. El ampa ha cedido su (nuestro) huerto para que se lleven a cabo talleres familiares. Un plan perfecto para la mañana del sábado o el domingo y si es con amigos, como en esa ocasión, mucho mejor.

Allí nos fuimos en la primera convocatoria. La pega pegosa es el frío que hacía tan temprano en el huerto. Sol solito caliéntame un poquito. Menos mal que a poco que sube el sol la temperatura se hace más agradable y es que en esta ciudad el sol quema en cualquier época del año. Que se lo digan a mi cara, que como no se estar sin gafas de sol vivo con un antifaz en los ojos dos tonos más claros que mi piel. Apunte mental, comprar ¡¡y usar!! protección solar facial.

No se cómo la gente puede estar al sol sin gafas, no se porqué a David le cuesta tanto usarlas. No tenía ni seis meses cuando ya se las poníamos. No se cuantas ha tenido ya. Las primeras de tiendas de puericultura, después de farmacia. No concivo que use unas gafas con lentes malas. Como es taaaaaan presumido y tiene taaaaan claro su estilo sabía que las gafas de Siroko le iban a encantar.

Las gafas de Siroko destacan por sus colores hipervibrantes y por una terminación suave al tacto que las hace parecer como de goma. Verde hierba, amarillo sol, esas son las suyas, aunque cualquiera de la colección de gafas de sol infantil de siroko le hubiera gustado. Cuando estrenó las amarillas (Lemon) me desternillaba de la risa porque confesaba sentirse supermolón. Hay que ver lo que es usar un complento chulo.

Las verdes (Monster) no se quedan atrás de favorecedoras. Verde hierba, como los puerros que plantaron esa mañana en el huerto después de escardar la tierra. Plantaron además ajos, aprendimos que se hace metiendo un diente de ajo directamente en la tierra y en semilleros plantamos tomates, calabacines y pimientos. 



Independientemente de lo atractivo del diseño de las gafas Siroko, lo mejor es que sus lentes son polarizadas y tienen protección 100% UV. Además no pesan nada y las patillas tienen un muelle que permite que se abran al ponerlas y quitarlas sin que se rompan.

A pesar de todo le cuesta usarlas. Pero si piensa que voy a dejar de ser pesada con esto de usar gafas de sol las lleva clara jur, jur, jur, a ver quien gana.

Volveremos al huerto. Tenemos que ver cómo van los plantones y cómo va evolucioando y tomando color nuestro huertito. A ver si conseguimos reflorecerlo con el cariño de todos





10 de enero de 2017

Elegí mentir

Días antes de Navidad

¿Sabes mamá que Julian también ha visto a los Reyes Magos? Mañana en el recreo vamos a escribir cada uno cómo eran cuando los vimos.
Eso dijo nada más salir del cole. Me había dado una pista que no supe captar. Lo malo llegó antes de la cena, justo en el momento de las prisas, del corre pon la mesa, del llama a las chicas, del lávate las manos...

-Mamá me ha dicho una amiga de quinto que los Reyes Magos no existen. Yo le he dicho que si, que sino ¿quién nos trae los regalos? Dice que nos los dejan los padres (Imaginad mi cara). Yo le he dicho que no. Dice que un amigo suyo puso una cámara y los vio (ajá, ajá con mi cara de incredulidad)
-¿Y tu que crees? (Pensaba que con esa táctica podría librarme)
-Y yo le he dicho que no, que eso no puede ser, que imagina que un regalo cuesta 200€, ¿Cómo van a pagar eso los padres? Eso pueden gastárselo los Reyes, porque son ricos y además magos. (Transquibo la conversación tal cual, porque aunque han pasado ya días no la he podido olvidar)
Y mirándome a los ojos me preguntó:
-¿Verdad mamá que papá y tu no me dejáis los regalos?
Entré en pánico y mirándole a los ojos, en sólo una milésima de segundo, elegí mentirle.
-Verdad que no cariño. En toda su cara.

Fui a esconderme en la cocina, a refugiarme en el momento cena, en mi madre que había oido la conversación, en el whastapp contándole a mi tribu. Y sentí pena por su inocencia comenzando a perderse, odio a esa niña de quinto, vergüenza por haberle mentido, miedo a que todo se acabe, frustación por no haber sabido atajar sin mentir...eso y mil cosas más. 

Y así quedó, flotando en el aire una mentira. Sintiendo que debía volver sobre ello, intentar zanjarlo de alguna manera...por ahora.

Rous me dio la clave para seguir mintiendo pero mejor, y lo hice, en la oscuridad de la noche, siempre es más fácil cuando no tienes que esquivar la mirada. Comencé yo

-Sabes David, creo que ese niño dijo eso porque ha dejado de creer en la magia y no quiere que los demás crean. Y eso es muy triste
-¡¡Yo si creo mamá!! ¡Yo creo en la magia!. Creo que los magos no hacen trucos sino que ensayan, mucho, mucho para conseguir hacer magia. (Me enterneció su deseo de creer)
Además que yo vi a los Reyes. No tenían piernas sino un piquito así debajo, como el de los fantasmas. Y las coronas les quedaban muy, muy justas. Justo a su medida.
-Ajá...tu es que has tenido mucha suerte. La mayoría de las personas no los han visto, así que cada uno se imagina lo que quiere, y esa es SU verdad, porque como nadie los ha visto nadie sabe como son de verdad. Así que no existe LA VERDAD, sino para cada uno la verdad es la suya. ¿Sabes que hay quien piensa que no había tres sino cuatro Reyes Magos? y otras personas piensan que no eran reyes sino reinas magas.
-Claro mamá. Yo me imagino que tienen una capa muuuuuuuy larga y que las tres coronas son iguales pero cada una lleva escrita su nombre. Y que como tienen el piquito así son como fantasmas, por eso pueden entrar en las casas.

Así terminó su alegato de fé y así me quedé dormida con él, queriendo pensar que había elegido mentir por un buen motivo, que mercía la pena continuar y alentar el engaño y sobretodo que cuando llegue el día de decir "te mentí" sabrá perdonarme.


En Navidad

Todo fue como si nada: los nervios previos, la ilusión, el despertar histérico, el ¿cómo sabían que quería eso si no lo pedí? el ¿ohhh justo lo que yo quería? el anda todos han puesto el nombre en los regalos con tampones de letras (ay omá, no se le escapa una). Papá Noel y los Reyes Magos llegaron y se fueron, sin contratiempos...Un año más la mentira continúa, un año más la ilusión continúa. Por eso cuando alguien a su lado dice: "A Fulanita le han traído los Reyes tal cosa la mar de bonita" seguido de un "no se dónde lo habrán comprado los padres" me dan ganas de gritar ¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿PORQUÉ??????!!!!!!!!!!!!!

Si cree es porque quiere creer







15 de diciembre de 2016

Tan afortunados

Todo pasó de corrido. De esas veces que los acontecimientos se van sumando de casualidad, todos relacionados con el mismo tema que hicieron que esos días me sintiera especialmente afortunada, que tomara conciencia, una vez más, de cuantos motivos tenemos para dar las gracias. Y lo hicimos.

Gracias a nuestras chicas americanas, Mollie y Marlee celebramos, aunque con retraso, nuestra particular cena de Acción de Gracias al más puro estilo americano. Andaba esos días David haciendo un trabajo de investigación sobre Estados Unidos así que nos sumamos a #salvemoslas cenas de Ikea al más puro estilo Sparks and Rockets, aprovechando para hablar de sus tradiciones y de sus recetas típicas. Pollo a falta de pavo, Pumpkin Pie, batata con malvaviscos, verduras con semillas de calabaza, puré de patatas y Appel crumbel con helado de vainilla. Las chicas se pegaron el currazo de conseguir los ingredientes y cocinar. Por un rato me limité a ser el pinche sin más.
Batata, calabaza, manzana, naranja, canela, comino, jengibre...podréis imaginar cómo olía nuestra cocina. Podréis imaginar qué festín de productos de otoño nos dimos. Que afortunados somos.



Del otro lado, aquellos días se llevaba a cabo la recogida para el Banco de Alimentos de Sevilla. En el colegio, en cada supermercado en el que entrábamos...colaboramos con cada uno y cada vez recordaba de nuevo, como en cada campaña, como en cada año: "Debemos colaborar David, somos muy afortunados, no nos falta la comida, pagamos las facturas, si necesitamos ropa nueva la compramos...vamos al cine y al teatro, hacemos taller, salimos a comer por ahí de vez en cuando, nos damos algún capricho, nos vamos de vacaciones...otros no pueden...muchos no pueden. Qué afortunados somos.

Coincidió también con la Semana del Refugiado Sirio en la Biblioteca, entre sus acciones, una campaña de recogida de material para los campamentos de refugiados de la frontera de Siria y de Turquía. Pañales, biberones, compresas, cepillos de dientes, vendas, material escolar...Allí que nos fuimos también para hacer de mensajeros de la tita Encarna y allí nos topamos con una exposición de fotografías de lo más cruda de la vida en los campos de refugiados, de los viajes por mar apiñados en busca de una nueva vida. Ellos allí, nosotros pensando cuál de los libros de Jeronimo Stilton llevarnos a casa. Qué afortunados somos.

Mellegó un mail de Rayuela, la presentación de un libro en la Fundación Tres Culturas, un libro sobre refugiados, sobre huída, sobre sueños, El Viaje de Francesca Sanna. Allí nos fuimos y con ella vivimos y sentimos (más los adultos que los niños) cómo te puede cambiar la vida. Cómo podríamos pasar a ser ellos, los que huyen, los que buscan, los que sueñan, los que viajan dejando atrás su vida, en busca de "un lugar donde puedan vivir en paz y comenzar de nuevo su propia historia". Pero no lo somos, estábamos allí escuchando su historia. Qué afortunados somos.





23 de agosto de 2016

De una vuelta, primeras veces y ya se verá

Hace meses que no escribo, que no paso por aquí, el editor de blogger. Meses que no entro en el blog. Ahora, al hacerlo he sentido pánico de que algo hubiera cambiado, me pidieran claves que no recordaba y esto quedara en el limbo para siempre. Tengo que hacer acopio de todo esto, antes de que los miedos se hagan realidad y se pierdan todos estos años de memoria. Sería una pena.

Hace meses que no escribo, no lo necesito, no me lo ha pedido el cuerpo hasta esta noche. Acabo de terminar El libro de los Baltimore, son casi las tres de la mañana. Pretendía dormirme pero como me pasaba tantas veces he comenzado a escribir en mi cabeza. Esta noche he vencido la pereza, esa que no sentía antes, y me he levantado. Vuelvo a estar sentada en el chaise longue como tantas vecez, ese espacio que hemos cedido a Ada y que hoy, a su vez me ha pretado a mi por un rato.

David duerme en su cama. Ahora la prefiere. Aún siente el deseo de dormir con nosotros, pero el calor y la incomodidad le pueden y decide irse a su cama. Sí llegó, el descolecho ha tardado dos años en arraigar. Aún me necesita para dormirse. Una historia, un rascar de espalda, media vuelta y a dormir. Hace meses, muchos meses que lo de leer antes de dormir se ha vuelto muy esporádico, demasiado. Intentamos recuperarlo cuando las chicas de Me & Mine nos hiceron llegar uno de sus flamantes Pasaporte del lector. Llegó a casa junto al Carnet de conducir infantil, justo, justo cuando volvimos de los días en Los Caños. Esos en los que cada tarde paseábamos por el paseo martítimo donde yo aprendí a pontar en bici. Si hubiera llegado antes creo que me lo habría quedado para mi, que lo habría rellenado yo. Es tan bonita la idea de plasmar ese gran momento de la infancia. De otra forma puede que pase desapercibido entre los miles de recuerdos que atesoramos. Yo recuerdo...primero sin un ruedín, cuando invariablemente tenías que pedalear inclinado, más difícil aún que hacerlo sin los dos. Después sin ellos. El miedo a intentarlo, a caer, a no poder. La voz que te dice que te agarra, pero que sin que te des cuenta te suelta y tú que ni te enteras hasta que lo percibes y te aterra. Qué pena que no lo idearan antes, cuando el pollito aprendió a montar en bici. Qué pena que en mi afán organizador los guardara no se donde y ahora no los encuentre en ningún lugar de este minipiso que tiene mil rincones. Los podría haber sorteado o regalado, al menos haberles hecho alguna reseña instagramera y darles así las gracias. ¿Que si esto es publicidad? Supongo que sí, si quieres verlo así. Para mi es gratitud, por seguir acordándose de mí a pesar de tener este rinconcito casi extinguido. ¿Que si soy honrada? ¿Que si realmente me gustan sus productos? Mil veces sí, por concepto, por originalidad, por sentimento. Cada uno que inventan me parece más genial que el anterior. Además, lo explican tan bien, te hacen llegar tan claramente el cariño y la pasión que ponen en cada nueva idea, que es difícil de superlo. De ahí que mi idea fuera transquibir tal cual la reseña explicativa que enviaban con ellos...pero la perdí, se fue a ese rincón escondido ha hacerle compañía al carnet y al pasaporte. Quizás aparezcan al cabo de los años, como aquella bolsa de canicas que escondió mi madre y que jamas encontramos entera. Cada año, como por arte de magia, entre los jerseys, las medias y la ropa interior aparececían canicas de colores. Misterios de infancia.

Este ha sido un verano de primeras veces, como cada uno desde aquel primero que vivimos con un bebé de un mes en el club. 

Su primera herida con sangre en el brazo un mes después aún tiene la cicatriz. Resbaló cogiendo cangrejos. Aunque el talegazo (como lo llamamos por aquí) fue grande, el golpe mayor fue a su orgullo. No está bien caerse delante de unos iguales a los que intentas impresionar con tus dotes de cazador sin miedo. Qué difícil mantener el tipo, tragarse las lágrimas y sobreponerse repitiéndote una y otra vez que eso sólo le pasa a los intrépidos. 

Aprendió a coger la ola en la orilla gracias a un amigo de una tarde. Nadamos a remolque hasta "el arrecife", toda una aventura con su amiga E. La primera vez de snorkel, su primer pez. Esa respiración rápida por el miedo, esa respiración entrecortada por la emoción. Esos nervios a flor de piel. Esa superación. El primer baño de noche (o casi, casi). De noche sí el primer picnic en la playa, el pasear a la luz de la luna.

Los baños con la goma en la azotea. Descubrir la Barbie de mamá, su ropa. Ponerle modelitos diferentes y descubrir que es guay eso de jugar a las muñecas. Los minizapatitos de tacón imposible. El perro. El dormitorio de madera que me trajeron los reyes (que mi madre pintó de rosa mientras yo dormía, con tantas capas que las puertas del armario no cerraban), la cocinita con su horno, frigorífico y fregadero. Con esa ventana en la que se veía un parque. Era yo la que hace dos días jugaba. parece mentira.

De noche en el campo con R, sacos de dormir, linternas, un telescopio. La primera estrella fugaz. 

Cines de salas vacías, cines de salas a rebosar. Miércoles tras miércoles.

Parque de doce a dos. Música, baile, agua y calor. 

Los rollitos de Nocilla son más buenos cuando los haces tú, las salchicas más sabrosas, los filetes de pollo más en su punto.

Acampar en el salón de la abuela y descubrir que tu salón, aunque más pequeño es mejor. Dormir con Ada aunque haga calor.

La primera vez en un parque acuático. Más superación. Qué suerte encontrar amigos que te guien. Qué rabia medir justo 1,20 (o eso dice la señal), qué fastidio tener que esperar un año. Eso dices ahora, sin haber mirado abajo desde lo alto del tobogán amarillo, ahora que te tenía convencido. Habrá que esperar.

El explotar, el miedo, la verdad, el cambio, la ayuda, el más cambiar.

Siestas y teta...eso sigue igual. 7 años ya. Cada una la disfruto, pensando que puede no haber más. Quizás la de hoy haya sido la última. Lo confesó hace unos días llorando "no hay leche", "es un rollo crecer", "yo quiero seguir tomando tetita". Seguimos sí, a ratitos cortos pero seguimos. Ninguno de los dos está preparado, pero mi cuerpo dice ya. Viviremos nuestro duelo cuando se termine, o no, quizás sea tan progresivo que no nos demos cuenta. Quizás el próximo verano sea uno más.



Este año no ha habido viaje. El próximo...ya se verá. Tenemos en mente una idea, a ver si conseguimos hacerla realidad, que esa soy yo, la de "de noche voy a Madrid, de día me quedo aquí" (me leo ahí...cuanto he cambiado, cuanto ha cambiado todo)...a Madrid no, más lejos...Guardo en la mesita de noche el Carnet Viajero. Este no se me va a perder. Tendrá que esperar un años, pero lo rellenaremos, será nuestro diario de esa otra primera vez.



21 de junio de 2016

Claridad de ideas, capacidad de expresión

Que tu hijo tenga las ideas cristalinas es genial, hasta que esas ideas chocan con las tuyas y deja de parecértelo tanto. No es cuestión de salirnos con la nuestra, pero siendo sinceros, molesta. Te obliga a negociar, trastoca tus planes...los diálogos se agudizan para intentar convenceros mutuamente. Todo es todo es maravilloso. Es un aprendizaje valiosísimo para la vida.

Compartía en mi página de facebook el artículo "Los niños que le "responden" a sus padres serán adultos más exitosos". Si te quedas sólo con el titular puedes malinterpretar el mensaje con ese "responder", que puede entenderse como contestar de forma irrespetuosa cuando no se trata de eso, supongo que se debe a la traducción del título orginal. Se refiere a los niños que expresan sus opiniones, que no acatan órdenes como soldados sino que cuestionan el porqué de las cosas, que piden que justifiques porqué de tus decisiones, es decir, que nos empujan a ser críticos con nosotros mismos, que nos recuerdan constantemente que son personas con criterios propios, como nosotros mismos. Es curiosos que lo que valoramos en un adulto lo vilipendiemos en un niño. ¿Cómo van a ser adultos críticos, cómo van a ser capaces de defender sus ideas, de no dejarse manipular, de luchar por lo que piensan que es justo si no se entrenan desde pequeños? Flaco favor hace el "porque lo digo yo" ohh ser todo poderoso. Después el ser todopoderoso será aquel chico abusón que le obliga a cometer una mala acción, o su jefe que le exige echar más y más horaspor menos sueldo sin rechistar...

Volviendo a nuestra casa. Tenemos un niño con una claridad de ideas pasmosa y lo que es aún mejor una capacidad extraordinaria de expresarlas. Permitidme que hoy le cuelgue una medalla y hable de él desde el orgullo de madre. No soy de hacerlo, me cuesta, pero hay días en los que apetece hacerlo.
Cuando lees en un grupo de whastapp al entrenador de tu hijo hablando así de él "He hablado con David. Me encanta con la madurez que me lo explica y estoy encantado con su actitud. Es un ejemplo", no pudes más que sentirte orgullosa y pensar que, al menos en eso, estamos en un buen camino. 
El caso es que le encanta jugar al futbol, pero bajo ningún concepto quiere participar en las competiciones. Yo tenía mis miedos de que, al ser el único que no lo ahcía, se sintiera desplazado del grupo, pero él lo tiene claro y así se lo ha sabido transmitir al entrenador. Nada más que añadir.