¡Vaya fin de semana!

¿Cómo es posible que un fin de semana de para tantos buenos momentos? Ha sido realmente bueno este, de principio a fin.

El Viernes, después de la siesta del peque: cuenta cuentos.

Hacía mucho tiempo que quería ir al de esta biblioteca, porque me pilla cerquita, pero como el nene se pega esas siestas...pero lleva unos días que duerme menos, así que para allí nos fuimos. 

Yo pensaba que eran distintos cuenteros que se iban turnando por las distintas bibliotecas, pero resulta que no, que cada una tiene el suyo. La cuentera de esta es Pilar Redondo.

Esta mami cuentera se encarga viernes tras viernes de acercarnos a los grandes autores: Perrault, Handersen, los Hermanos Grimm en definitiva, a los cuentos clásicos abriendo su libro mágico. 

La verdad es que no soy mucho de los clásicos, pero a la vez me parecen imprescindibles para los peques.

Me ha encantado lo didáctico de la sesión. 

Como se llevan celebrando ya muchos viernes y muchos niños repitan, al principio Pilar se encarga de recibirlos, ponerles un sellito en la mano (que es lo que animó a David a unirse a sentarse en el suelo uniéndose al grupo) y comienza por repasar los distintos autores, cuando vivieron, donde y sus cuentos. Eran muchos los niños que sabían contestar a sus preguntas. Después el cuento en sí. En esta ocasión La Princesa y el guisante, en una versión reducida porque los peques estaban revolucionados, como el tiempo. Tras el cuento Pilar estuvo descubriendo a los niños los valores que nos enseña este cuento y para terminar la faena un ratito de creatividad, todos los peques a colorear.

Me ha gustado la cercanía de la sesión y de Pilar, supercariñosa y el que hubiera muchos niños del barrio con los que coincide en la placita, a la que nos fuimos después para que el peque disfrutara con sus amigos.

El Sábado tocaba CUENTO Y ENCUENTRO y es que teniendo como excusa la sesión cuentera en la Biblioteca Infanta Elena algunas mamás blogeras y/o twitteras de Sevilla nos íbamos a poner cara. Llevábamos días preparándolo y hasta habíamos ensayado la canción, por lo menos yo, que no me la sabía y la canté lo menos 100 veces entre el viernes y el sábado.

El cuenta cuentos, La estrella de Laura, estaba a cargo de María González, de Cincodeditos en Sevilla. Así que se trató de una sesión especial, porque además de contado con palabras también fue signado. Es un encanto de persona María.

La idea de Cincodeditos es facilitar la comunicación entre los papás y los bebés desde los 6 meses. Se trata de enseñar a los niños gestos para las palabras más comunes, por ejemplo agua, cada vez que le dices la palabra utilizas también el signo, de esta forma los relaciona y cuando quiere agua, el bebé utiliza ese signo concreto y tú puedes entender lo que quier. María lo explica divinamente en su blog.

No pude disfrutar al 100% del cuento porque el peque estaba un poquito inquieto, pero el momento canción fue genial, al final el David le pidió a María que le pusiera un signo a él, así que ahora mi peque tiene  un signo para él solito, que no se cansa de repetir. Dos deditos juntos como rascándose el rabillo del ojo.

Y pasamos a darle al pico, ¿qué se va a esperar de unas mamis que se conocían pero no en persona? Lengua, lengua y lengua. Hemos pasado un rato estupendo, me ha encantado conocerlas y espero que sigamos organizando cosillas para vernos y disfrutarnos, ya tenemos cosillas en mente.

De aquí con los amigos a comer, jugar y jugar y todos a "La tienda de deportes". Compramos la bici con ruedines para David, para su cumple. Es increíble cómo en el rato que estuvimos allí ya la manejaba perfectamente, pedaleando "ligerito", enderezando el manillar, cambiando de dirección. Me sorprendió, como hace tantas veces.

Domingo. Desayunando llegó un WhatsApp. Mi primo con su hija iba a la Almeda al festival de Títeres. ¡Ay, que se me había olvidado! David, venga, que nos vamos con la prima Laura.

Dos representaciones en la calle y un mini encuentro con una amiga y su peque. Alucinante el elefante de  El tesoro de la serpiente Guaguadú y curiosísmos los cambios de decorados y escenas de El bandido cucaracha. El elefante parecía taaaannn real. Me hubiera encantado que mi pollito lo hubiera podido tocar.

Y al lío del tapeo, al final también estaba mi otro primo con su familia (y algunas parejas más), osea, que estaban todos los primos de David, por mi parte, a no, faltaba una, pero como es muy pequeña es un poco cascarón de huevo todavía y no cuenta. ¡Qué bien se lo han pasado! Juegos, risas, peleas, besos, golpes, abrazos, empujones...cosas de niños. Y los mayores charlas, tapas, juegos, charlas, copas, juegos, charlas...cosas de mayores.

Nos daba el café y ¡Ay, que ahora a las siete hay una representación en el Teatro que me mola el título!. Para allí nos fuimos también. El fantástico viaje de Jonás el espermatozoide.

"Un diminuto espermatozoide que se negaba a concursar en la gran carrera de la fecundación. Prefería dormir y vaguear plácidamente en el interior del testículo donde vivía. 

Pero el tiempo se acaba y nuestro vago y dormilón espermatozoide tenía que emprender el viaje más fantástico y alucinante de toda su vida.

Un viaje sin retorno, lleno de peligros y aventuras, en busca del óvulo perdido..."

Me ha encantado. Menuda forma más entretenida de explicar el tema de la fecundación, sencillamente genial. Superdinámico, divertido, chispeante, con música, luces, chistes... que desde luego los peques no los pillan todos, pero los mayores...Que dice mi maridito que no era muy para David y que digo yo que según la edad de cada uno capta más o menos cosas, creo que sólo los adultos lo hemos cogido todo, pero seguro que todos hemos pasado una horita estupenda y los niños más mayorcitos habrán aprendido o repasado cosas sobre este tema. 

En definitiva, un fin de semana maravilloso, único e irrepetible, como en realidad lo es todo en esta vida.