Yo soy una de ellas.
Definitivamente somos una especie a estudiar, aunque en realidad me molesta un poco que se hable de las madres y no de los padres, porque aunque es cierto que por norma son más las mamás que los papás que pasan allí las horas, también son muchos los que lo hacen. En nuestro parque, nuestra placita, como yo la llamo, son muchas las familias que van al completo. Y eso me gusta.
Me encanta pasar allí las horas viendo como David se relaciona con otros niños y disfrutar de la compañía de las mamás y papás de sus amigos. Me gusta nuestro grupo. Variopinto y heterogéneo pero con mucho en común. Sobre todo, que todos estamos pendientes de todos, compartimos, no aparentamos, no juzgamos, somos cariñosos con todos y nos falta tiempo para tirarnos al suelo a pintar, a dejar que se nos tiren encima, a ayudar a subir al tobogán, a hacer volar o a lo que haga falta. ¡Huy, me he pasado! hace que parezcamos que somos perfectos y nada más lejos de la realidad, que va.
Me gusta que alguno saque la merienda del peque y de repente se vea rodeado de niños pidiendo. Unos sólo miran con cara de hambre, otros te piden y otros directamente te cogen lo que sea. Yo me siento una señora mayor rodeada de palomas. A veces me he sentido realmente acosada, jeje. Sí, así de fuerte y es que los niños son niños, espontáneos, auténticos pero también hay padres muy dejados (ahora paso al critiqueo)
Un día, una niña no dejaba de pedirme barquillos y yo le daba encantada, a ella y a otros tres o cuatro niños. Por cierto que estaba montada en la moto de David (su moto de verdad, porque ahora alguien supongo que por error, se ha llevado la nuestra y ha dejado la suya, así que las tenemos cambiadas), que la había cogido por banda. Ya llevaba muchos, muchos barquillos cuando decidí que ya estaba bien, que me estaba resultando pesadilla la niña. Lo siento, ya se me han acabado. Le mentí bellacamente. La niña se me tiró literalmente en las piernas intentanto coger la mochila donde guardaba la cosillas, después empezó a alargar el brazo intentando llegar a mis ojos. ¿Con qué fin? Que parecía que se quería comer mi ojo ahora. Yo que soy muy de defender mi espacio vital, ya me estaba agobiando un poco, no, un bastante. Hija ¿con quien estás?. Con mi madre, contestó. ¿Donde estaba la madre?
Os puedo asegurar que entre una cosa y otra se pasó mucho rato con nosotros y la madre no apareció en ningún momento.
No lo entiendo.
Unos días antes un niño un poco mayor que David, grandote. El típico fortachón cabezota que lo quiere conseguir todo, se le metió en la cabeza que se quería montar en una moto. Como no tenía iba cogiendo la de los demás niños cuando se quedaban libres. Y eso está muy bien. Hay que compartir, es divertido. Pero es que cuando estaban ocupadas se ponía delante de ellos y empezaba a agobiarlos. ¡Venga, bájate!. Pero muuuyyyyy pesado, coaccionando. Pues la madre tampoco apareció. Tuvimos que ser otros padres los que mediamos y "defendimos" el derecho del niño que no quería prestar su moto, que digo yo que tiene derecho a no querer hacerlo. Hace dos días estaba otra vez por allí, otra vez en el mismo plan. Se e que será costumbre del niño.
Tampoco lo entiendo.
Otra: No me gusta estar todo el tiempo detrás de David, sobretodo porque sé que "en general" se porta bien y porque me gusta dejarle su espacio para relacionarse, pero intento estar siempre cerquita, si no en metros si en visión. Creo que es necesario para poder mediar en los conflictos que puedan surgir, para alabarlo si tiene un bonito gesto, para ayudarlo si es necesario, pero también para observar cómo los resuelven ellos, que así también podemos aprender nosotros los papás. Que a veces hacemos un mundo de alguna rencilla a la que ellos no le dan importancia.
Había antes un grupo de padre/madres que hacían pandilla como nosotros, ahora vienen menos. Tienen niños más mayores y más pequeños también. Pues estos niños estaban al libre albedrío. No era raro ver a los mayores montados en las motos de nuestros niños haciendo el bruto o tirándose a lo bestia por el tobogán habiendo niños más pequeños. Más de una vez les he tenido que llamar la atención incluso he tenido que quitarles la moto de David por que estaba haciendo trastadas y se la iban a cargar, que si un niño la rompe por un uso normal no pasa ná, pero por estar haciendo el gamba, no. Los padres, desaparecidos del mapa, a lo suyo. Qué hagan los niños lo que les de la gana.
Pues tampoco lo entiendo y además me molesta esta dejadez.
Que si hay que estar a tres metros del niño en vez de sentado en el banco pues se está, que si se está en el banco sentado tranquilamente y hay que ir corriendo a la otra punta a mediar pues se va, que si hay que dejar a tu amiga con la palabra en la boca porque te necesitan pues ya se hablará más tarde, aunque después no te acuerdes de por donde ibas.
Y puestos a seguir criticando( Ah, no, que yo no critico, que eso está muy feo, jeje). Que los de la moto cambiada no aparecen. Vale que era pre-feria, pero yo me pasé por allí varias veces y hasta puse un cartel, pero nada de nada, ya me he resignado Ay! ¡qué dejadez dios mio de mi alma!
Que si hay que estar a tres metros del niño en vez de sentado en el banco pues se está, que si se está en el banco sentado tranquilamente y hay que ir corriendo a la otra punta a mediar pues se va, que si hay que dejar a tu amiga con la palabra en la boca porque te necesitan pues ya se hablará más tarde, aunque después no te acuerdes de por donde ibas.
Y puestos a seguir criticando( Ah, no, que yo no critico, que eso está muy feo, jeje). Que los de la moto cambiada no aparecen. Vale que era pre-feria, pero yo me pasé por allí varias veces y hasta puse un cartel, pero nada de nada, ya me he resignado Ay! ¡qué dejadez dios mio de mi alma!
Esta es "la otra" |
Jajajaja. Me he reído mucho. Me he sentido muy identificada. Lo de dejar a la amiga con la palabra en la boca, me ha pasado miles de veces.
ResponderEliminarEs cierto que hay mucha dejadez, pero incluso de los padres de los pequeños. El otro día, una madre con unos gemelos de unos 2 años, pasaba de todo mientras sus hijos tiraban piedrecitas a mi hija. Al final fui la que dije "niños, parad ya con las piedras...", la madre lo oyó y ni se inmutó. Vale que son gemelos, con lo que a lo mejor está exhausta y asta el gorro de contenerlos, calmarlos, ir detrás de ellos, etc., pero es lo que hay, si tus hijos tiran piedras otros, no le debes dejar hacerlo. Besos.
Creo que a veces se usa el momento parque precisamente para eso, para que ellos se desfoguen y los padres tengan su momento de olvido de niños, pero eso no justifica que te despreocupes de ellos. Es lo que hay, son tuyos, para lo bueno y para lo malo, como el matrimonio no, peor. Jeje
EliminarUn beso
Hay dos cosas con las que siempre me entran sudores fríos cuando os leo porque creo que el día de mañana, lo voy a llevar fatal: elección del cole y territorio parque (sobre todo este segundo) porque no se ven nada fáciles.
ResponderEliminarPaciencia...
Muas.
Pues sí, pero para mi es un auténtico placer bajar al nuestro. Super cerca de casa y con un buen ambiente en general, lo mejor de todo es la gente encantadora que conoces. Ya te digo: los adoro.
EliminarUn besito
Yo confieso que no tiro mucho de parque, básicamente porque el rato del día que estoy con Peque es el de la merienda en casita. Los findes vamos más, pero como estamos con el perro también, nos vamos moviendo de un lado a otro. Estoy contigo en que me sorprende (y molesta a veces) la dejadez de algunos padres. Pero de todo hay en la viña del señor, como dice mi abuela ;) Y sí, igual un día los pasotas somos nosotros, jejeje...Besos!
ResponderEliminarHay muchos padres dejadísimos, yo de momento no me preocupe por eso porque mi enanita sólo tiene 4 meses, pero sin ir más lejos, hace poco ví como un niño no mayor de 3 años se tiraba por el tobogán de cabeza, y la madre encima le reía la gracia, y mira qué el suelo de ese parque no tenía la especie esa de corcho-pan que ahora hay en muchos...Yo tengo muy claro que el día de mañana mi niña podrá jugar con otros sin que "la plasta" de su madre esté todo el día encima, pero hoy en día confunden libertad con libertinaje...
ResponderEliminarA mí me encanta bajar a la calle con mis hijos, pero suelo hacerlo en el recinto de mi comunidad y es que es mucho más fácil porque de ahí no salen. Es complicado, muchas veces, con dos hijos y dos ojos tener a ambos localizados. Por suerte, en el recinto, me echan un ojo a la niña cuando el peque se va y viceversa.
ResponderEliminarBesitos
Me alegro muchísimo de que tengáis tan buen ambiente!!! Aunque haya también algunos padres más irresponsables... :)
ResponderEliminarNosotros solemos ser de los primeros a ir al parque, así que casi le tenemos para nosotros solos, y como es en un pueblito y es pequeño, los padres no paran muy lejos, pero eso no hace que esten pendientes o no de los niños. Como tu dices a veces no sabes como decirle a un niño que se vaya con su madre. Y a mi, eso que cojan los juguetes porque sí, no, no, no, mi hijo sabe que si quiere el coche de otro niño le tiene que prestar el suyo, así que muchas veces se acerca a los niños y les dice: "me llamo estanjanito, mira qué tengo"
ResponderEliminarme he encontrado que padres que han invitado a mi hijo a jugar al futbol, y no sé muy bien como actuar en ese caso, porque voy sola al parque y no conozco a nadie, se lo agradezco enormemente, y si el hijo se cansa le han prestado el balón pero he convencido rápidamente a mi hijo para que lo devuelva no se piense que se lo dan y la tenemos.
esta muy bien el ambiente que tenéis y no entiendo tampoco los otros padres
Me gusta el sentido del humor que le has echado al tema, la verdad es que yo tampoco me puedo quejar, en los parques que frecuento hay también bastante buen ambiente aunque más de una vez he visto a padres dejados y me revienta bastante.
ResponderEliminarÚltimamente, con el calor primaveral, que la sangre altera, nos enfrentamos a un nuevo problema: las parejas jóvenes y ardientes que se dan el lote sin importarles que sea en pleno parque infantil...
Saludos!
Jeje, eso se da en cualquier parque del mundo. Yo muchas veces hablo con alguna amiga y ni siquiera la miro a la cara, porque estoy mirando a los peques, pendiente de ellos, pero hay de to en la viña del señor...
ResponderEliminarJa, ja, ja, pudiera ser, pero me da que no.
ResponderEliminarYo tampoco entiendo esa dejadez por parte de esos padres.
En el parque no, pero en los grupos de crianza en los que nos reunimos también me he sentido rodeada de pollitos hambrientos cuando saco el almuerzo para la nena. Cada vez que una mamá saca algo allí que van todos, qué gracia me hacen.
Besitos
Ay qué bueno!!! suscribo todo lo que cuentas y con qué arte! Me moría de la risa, pero precisamente porque es la realidad!!!. Por cierto de los muñequitos y el sorteo, cuando quieras hablamos, estaría encantada. Un besito, Mabel
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