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17 de junio de 2015

Sí, me quejo, aunque nadie me obligó, me quejo

Sigo desde el lunes sumida en una especie de trsiteza. Se que muchos me dirán que es así, que no me queje, que nadie me obligó, pero cuando pones tu tiempo, tu esfuerzo, tantas horas, quitándoselos a tu vida, a tu casa, a tu familia por y para el beneficio de tantas personas y no te devuelven el apoyo simplemente con su presencia es desalentador, descorazonador y desilusionante.



Sientes que nada tiene sentido, que es una batalla pérdida en la que poco o nada puedes que hacer.

Plegarte a los deseos de unos, intentar llevar la  corriente, mantener un buen clima, aún a costa de morderte la lengua, de contenerte, de mantenerte sumisa y saber que está ganando y que poco o nada, de nuevo, puedes hacer. Es muy, muy cansado.

Cada uno tiene sus ocupaciones, sus prioridades, no todos pueden ni quieren implicarse de la misma manera en cualquier proyecto, pero creo que al menos por respeto a esas personas muchas más de 10 de cientos podrían hacer el esfuerzo de dedicar una hora al año para estar presente, para oír en qué has invertido tu tiempo, por todos todos, estos meses, para hacer llegar con su presencia que, al menos, confías en lo que están haciendo. Como ya he dicho creo que es una cuestión de respeto.

No soy de abandonar las cosas a la mitad. Por amor propio, por pundonor continuaré. Dos años es el tiempo, ya ha pasado uno. Ni uno más pienso dedicarle a quien no lo valora. Mi vida es más importante, porque sí, también tengo una vida con mis ocupaciones. mis prioridades; tuve que reorganizarlas para embarcarme en esto.

Otros después de nosotros cogerán el relevo, allí estaré siempre que pueda y nunca faltaré a una asambla.

Y ahora, ya. Tenía que vomitarlo, me quemaba por dentro

4 comentarios:

  1. Ay Solete... te envío un fortísimo y enorme Abrazo!!!.

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  2. Llego tarde porque apenas leo, pero sé que estás algo mejor. :)
    Abrazote hermosa!!!!
    Muas!

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