Este es el segundo curso del pollito en el cole. El curso pasado, decidimos que suficiente tenía con las horas en el colegio, con adaptarse a los horarios, a la disciplina, a los compañeros...No queríamos que después de tantos cambios la tarde también se convirtiera en una carrera por llegar a tiempo; en otro entorno, con otros compañeros. Ni tampoco tener que luchar para llevarlo, despertarlo de la siesta o dejar de hacer otras cosas interesantes por estas actividades regladas. Las tardes serían para echar la siesta, para jugar en casa, en el parque, ir a cuentacuentos, talleres, a casa de los amigos, de los primos, al super...o para no hacer nada, según el día. Odiamos la monotía.
Esa fue nuestra postura, ni mejor ni pero que otras, sólo la nuestra.
Esa fue nuestra postura, ni mejor ni pero que otras, sólo la nuestra.
Este curso, el segundo. Un año mayor, ya adaptado al entorno escolar, lo hemos apuntado en el mismo cole a una extraescolar. Nos costó decidir porque no hay nada qué el a priori tuviera ilusión por hacer.
La oferta es amplia. Todas son beneficiosas para su desarrollo, cada una en un aspecto. Probablemente, si mi hijo pudiera clonarse lo animaría a que fuera a más de una: algo de música, de baile, de deporte, de idiomas, algo creativo...porque si, a mi también me gustaría que mi hijo aprediera a hablar inglés, francés y chino; que disfrutara bailando y tocando los timbales; que nadara, que aprendiera a jugar al ajedrez y al futbol, para que cogiera confianza y después quisiera jugar con los amigos en la calle y teatro, porque le encanta montarse sus películas y creo que lo disfrutaría; que practicara yoga y taekwondo, porque yo de pequeña quise hacer kárate. Que tocara la guitarra. Que hiciera preciosos cuadros y vasijas de cerámica. Que bailara sevillanas o la sardana...pero sólo es UN NIÑO, con UNA VIDA, no más.
La oferta es amplia. Todas son beneficiosas para su desarrollo, cada una en un aspecto. Probablemente, si mi hijo pudiera clonarse lo animaría a que fuera a más de una: algo de música, de baile, de deporte, de idiomas, algo creativo...porque si, a mi también me gustaría que mi hijo aprediera a hablar inglés, francés y chino; que disfrutara bailando y tocando los timbales; que nadara, que aprendiera a jugar al ajedrez y al futbol, para que cogiera confianza y después quisiera jugar con los amigos en la calle y teatro, porque le encanta montarse sus películas y creo que lo disfrutaría; que practicara yoga y taekwondo, porque yo de pequeña quise hacer kárate. Que tocara la guitarra. Que hiciera preciosos cuadros y vasijas de cerámica. Que bailara sevillanas o la sardana...pero sólo es UN NIÑO, con UNA VIDA, no más.
Sólo de pensarlo me agoto. 4 años, 5 días, 1 vida...¿da para tanto?
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Amélie Graux |
¿Cuando relacionarse con otros niños libremente? ¿Cuando jugar, cuando dejar volar la imaginación? ¿Cuando estar en Babia? ¿Cuando aburrirse? ¿Cuando qué vamos a hacer hoy mamá? ¿No hay tiempo para nada de eso? ¿No hay tiempo para SER NIÑO? ¿para IMPROVISAR?¿Tenemos que ser nosotros, sus padres unos meros mensajeros que llevemos el paquete/niño de un sitio a otro? ¿No podemos compartir con ellos ese tiempo? ¿Porqué no hay actividades extraescolares para el tandem padre/hijo? Talleres donde participemos todos, clases de inglés donde todos juntos aprendamos y nos divirtamos...donde a los padres se nos enseñe a ser un poquito más niño. Estaría genial algo así.
La vida pasa tan rápido. La infancia es taaan corta. Rápidamente se ven inmersos en los deberes, los exámenes...en un pis pas, serán adultos "indepedientes" con su jornada laboral ineludible, siempre ceñidos a un horario, a unas obligaciones.
Veo cómo todo se adelanta...a la guardería con 4 meses (mierda de sistema); al colegio a los 3, a leer, a escribir, a estar sentado, a no salirse, a obedecer... Veo a los padres metidos en el estrés de dotar a sus hijos de todas las herramientas para ser adultos con futuro...y veo que no funciona, que nada de esto garantiza el éxito...y leo que más bien es todo lo contrario, porque a los niños les falta lo esencial...sus padres, que quizás incluso están físicamente, pero sin ESTAR en consciencia (también me pasa a veces).
Vamos a la cola en muchos aspectos, también en educación. Leo este artículo sobre el sistema educativo en Finlandia, diametralmente opuesto al nuestro y es tan obvio. Ni cuanto antes, mejor; ni cuanto más, mejor. Uno funciona, otro no. ¿Es tan difícil tomar buenos modelos y adaptarlos a la idiosincrasia de nuestro país, de nuestra sociedad? Esta sociedad por otro lado viciada en la que la familia y sus seres más vulnerables son los últimos a tener en cuenta.Ya no sólo copiar y adaptar, sino mejorar, aprender de los errores de otros y enmendarlos.
"O inviertes en esa gente menuda, o a larga lo acabas pagando". Así terminaba este programa de Salvados sobre la educación en Finlandia. Y para invertir, a veces lo que menos hace falta es dinero.
Me apena sobremanera cuando escucho a padres decir que van a apuntar a sus hijos a tal y cual para que pasen más tiempo entretenidos y los dejen en paz. No saben lo que se están perdiendo. Aunque confieso que raro es el día que no piense que si las tardes las pasara en una extraescolar, lejos de nosotros, no nos enfrentaríamos a constantes rifi rafes. Nuestra vida sería más cómoda, porque sencillamente no estaríamos juntos. A pesar de todo, no es lo que quiero