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22 de octubre de 2011

El concepto NADA

Hace poquito que a David su "abuelita querida", como el la llama, le ha regalado una guitarra. 

La historia de cómo la compraron y cómo la trajeron a casa es la siguiente: Mi madre le dijo el miércoles que quería comprarle un regalito y el papi le propuso que fuera un "Bey-blay" (o como se llame ese cacharro), yo dije que eso era para niños más mayores pero el papi que es el que baja con el a la placita dijo que a David le encantaba y que usaba el de otro niño. A esto dice el niño: si mira, se pone la cuerda y se tira así (haciendo el gesto). Vale, quedamos en el "Bey-blay".

Se van para una jugetería y David le pregunta a la dependienta si lo tienen, la chica le dice lo mismo, que es para niños más mayores y el le cuenta lo mismo, que el sabe así que se lo saca. Pero a esto que el pregunta el niño si tienen pianos (raro pero no tienen) y que si tienen guitarras y BINGO, sí que tienen. Le ofrecen una de los Pokemon y menos mal que dice que no le gusta, pero entonces le sacan una pequeña guitarra española. A esto que el niño "lo flipa" y cambia el "Bey-blay" por la guitarra.

Cuenta mi madre que no ha pasado más vergüenza en su vida, porque el niño volvió a casa todo el camino cantando, tocándola y haciendo reverencias al terminar (y mi pobre madre haciendo de palmera) y la gente se parándose a decirle cosas y reirse con el.

Bueno, pues está encantado con su guitarra y de verdad que no la maneja nada mal, no sé de donde ha sacado la forma de cogerla y de tocarla, pero la cosa es que parece que sabe y todo el "mico" este.




Y aquí se une esta historia con la verdadera razón del post de hoy, LA NADA y las rabietas, esa horrible y espero que pasajera fase.

Parece una fiera dormida a quien la más mínima cosa pudiera despertar y entonces estalla LA TORMENTA.

Por ejemplo:
David (tocando la guitarra) y de repente: ¡No puedo!
Yo: ¡Pero si lo estás haciendo muy bien!
David: ¡Que no puedo!
Y allá va LA TORMENTA: a llorar y llorar.
Yo: Anda, inténtalo otra vez, que lo haces muy bien
DAvid: No
Yo: Bueno, David, pues déjala ahí para luego
David: No
Yo (ya en la puerta para salir): Pues cógela y la llevamos a casa de la abuela
David: No
Yo: Pues guárdala
David: No
Yo: Vámonos
David: No
Yo: Entonces ¿nos quedamos aquí?
David: No
Yo: ¿entonces qué quieres que hagamos?
Y aquí está la madre del cordero
David: NADA

Y eso es lo peor porque te deja sin opciones. No quiere nada. ¡Y qué bien lo ha entendido! Nada es nada.
No hay más que hablar, y ¿ahora qué? Pues




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