Su sueño

Llevo toda su vida deseándole: Que tengas dulces sueños, que sueñes con los angelitos (es la típica frase que me sale sin pensarlo, entonces añado), con mariposas, con flores, con nubes...(con cualquier cosa bonita que se me ocurra).

Llevo toda su vida, bueno, toda no, desde que empezó a hablar, haciéndole la misma pregunta al despertar. ¿Cómo has dormido David? y después ¿Has soñado con algo?. La respuesta a la primera siempre es bien o muy bien. A la segunda pregunta pocas veces había tenido una respuesta. Esta ha sido la primera vez que me ha relatado su sueño. 

¿Has soñado con algo?

Si

0.0 ¿Ah si? 0.0

Si, he soñado con una tetita. Con una tetita oscura

¿Oscura?

Si, era de un país muy lejano, era de África. Es que no era esta tetita (señalando a la mía) era de chocolate.

Ahhh ¿Y qué tenía leche?

No me la tomaba, le daba bocaditos porque era de chocolate.

Ahhh! de chocolate...qué rica ¿no? 

¡¡Y tenía una sorpresa dentro!! ¡¡Tenía un ojo!!

¿Un ojo?

Un ojo de chocolate, que saltaba

¿Eh? ¿Como un saltamontes? (por tarde antes habíamos visto uno grande grande y se quedó impresionado)

Siiii, es que era un saltamontes disfrazado de ojo de chocolate

(A estas alturas no sabía yo si lo había soñado de verdad o se lo estaba inventando sobre la marcha)

Mira mamá, el saltamontes, se había bañado así con el chocolate y se había disfrazado de ojo

Ahhh...¿y tu te lo comías?

Si, una pata, porque venía saltando así poin, poin, poin hasta mi boca (pom)

Nos pasamos un buen rato jugando en la cama. A lo largo de día, por petición mía, le contó su sueño a la abuela y a su padre que llegó a última hora de la tarde. Todas las veces de la misma forma, así que asumo que el sueño fue así o que la historia que se inventó la interiorizó muy mucho. Sea como sea, parece una escena digna de un cuadro de Dalí