Breve reflexión

Hace unos días una clienta venía buscando un artículo para un regalo que ya me compró hace un tiempo también para regalarlo.

Clienta: ¿Tienes tal cosa que me llevé para mi sobrina?
Yo: Si, pero el que tengo ahora es en otro color.
Clienta: Ahhh, no me importa. ¿Qué precio tiene?
Yo: Tantos € (un poco menos que el precio de venta al público recomendado por el fabricante)
Clienta: Ahhh, pues a mi la otra vez me costó tanto menos.
Yo: Claro, es que estaba de rebajas (Era Enero y algunos artículos de puericultura tenían descuentos)
Clienta: Bueno pues entonces...¿no vas a quítame algo?
Yo: Lo siento, ahora no estamos en rebajas.
Clienta: Entonces ¿no me vas a quitar algo?
Yo: No, no puedo.
Clienta: Bueno, pues me lo pensaré.

Mi reflexión es la siguiente: Porqué a nosotros, un pequeño comercio que está empezando (con lo difícil que son los comienzos), en esta época de crisis tan mala (con lo mal que está la cosa), me regatea como si de un mercadillo se tratara, si seguro que si va a unos grandes almacenes no le regatea al dependiente, cuando seguro que tienen más ganancias que yo.

¿No sería más lógico preguntar el precio del artículo y si no te interesa no comprarlo ahí y punto?

Es que la verdad, se me quedó una cara de tonta...