Día a día el pollito ha ido abriendo una pirámide para contar, a golpe de chocolatina, los días que quedaban para Noche Buena, así ha sido el Calendario de Adviento de este año.
Día a día, pirámide a pirámide, el mueble del salón se ha ido llenado de ellas. Primero eran un adorno más del mini belén, después era la muralla que lo protegía de quién sabe qué peligros, pasó a ser una especie de serpiente y cuando ya las sentíamos integradas en la decoración del salón, me dió por reciclarlas.
Sigo echando mano de lo que tenemos por casa. Unos palillos del japonés a falta de ramitas monas, cuerdas de colores y a ensartar pirámides se ha dicho.
Y este ha sido el reultado
Completando el único rincón adornado en la habitación de juegos del pollito