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25 de octubre de 2017

Exposición, derechos, necesidad y miedo

¡Qué cosas! Cuando allá por el 2010 descubrí el mundo de los blogs de maternidad encontré en ellos el refugio de muchas madres ante la necesidad de comunicar, de expresar sus inquietudes, sus sentimientos en esa etapa convulsa y revolucionaria que es el inicio de la crianza. No hubiera pensado que al poco yo sería una de ellas. Entré tímidamente con los artículos de la tienda y al nada ya estaba "contando mis cosas" como siempre lo defino.

Me costaba entender cómo personas a las que seguía de repente dejaban de publicar, lo privatizaban y simplemente desaparecían. ¿Qué les pasaría para llegar a eso? Este blog colmaba mi necesidad de contar mi experiencia, de sentirme acompañada, comprendida (o no), a veces juzgada ¿porqué no? Es lo que tiene abrirte al mundo. Digamos mundo porque es así, nunca sabes quién está detrás de la pantalla empapándose de tu vida. La primera vez que me reconocieron por la calle casi me da un pasmo.

Este espacio fue creciendo a la par que mi hijo. Muchas personas lo/nos han visto crecer, evolucionar, tomar entidad como persona él (no quiero con eso decir que no lo fuera ya cuando nació, incluso antes, bueno, ya me entendéis), como otra persona distinta yo, con mi evolución. Entonces no sentía reparos en hablar abiertamente de todas nuestras miserias y nuestras grandezas. hasta que llegó un día que todo cambió. Con nuestra evolución llegaron las dudas ¿tengo derecho a contar esto de mi hijo? ¿le molestará que personas ajenas a nosotros lo conozcan tanto? ¿es justo que lo exponga de esta forma? Con las dudas y las restricciones que por ellas me imponía llegó la falta de ideas. ¿Si no hablaba de mis cosas de qué iba a hablar? Para todo lo demás que no fuérmos nosotros mismos hay miles de blogs por la red, ¿para qué uno más? Ese cariz no cumplía mi necesidad de expresión así que todo dejó de tener sentido. Dejé de escribir, dejé de contar, dejé de estar y desaparecí. Poco a poco, según me lo iba pidiendo el cuerpo. Soy de vivir cada etapa como va viniendo y sentí que mi etapa bloger había llegado a su fin. Tengo que reconocer que abrir blogger me daba grima, estar en redes sociales no me apetecía absolutamente nada, ¿ir a eventos? nanai de la china. Me fui de los grupos de whastapp, dije sistemáticamente no a los post de colaboraciones, jamás de los jamases volvía a entrar en Madresfera, o en Feedly...dejé de publicar en facebook...me olvidé. Y la verdad es que he vivido la mar de feliz este tiempo, pero ahora resulta que ahora que se que no me va a leer ni el tato me gustaría volver a estar por aquí, por mi rinconcito, contando mis/nuestras cosas. No para nadie sino para mi/nosotros pero para eso tengo que hablar con la otra mitad de este espacio, con mi pollito que ya se ha convertido en un...como se llame un pollito semiadolescente (semiadolescente, digo bien, madre mía que ya le ha salido un grano en la frente). Así que lo haré, leeremos algunos post antiguos para que se haga una idea, a ver qué me dice. Si me da permiso quizás VOLVERÉ...

                                                                                                                                                         ...o no