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16 de mayo de 2011

Hoy leemos Una medicina para no llorar

Ayer por la tarde nos ha tocado ir a la revisión de los 2 años con el pollito.

El Gallo pensó que sería bueno coger la cita a las cuatro de la tarde para que yo no tuviera que perderme la visita y a mi por supuesto me pareció estupendo. Así compartimos los dos esos momentos únicos que son estas visitas pediátricas.

La cosa es que nada más bajarnos del coche y ver la esquina el pollito se pone a llorar con una pena y una angustia que "pa qué". Entra en la clínica llorando desconsoladamente gimiendo y diciendo: Nos vamos! nos vamos! y no hay manera de que pare ni por que nos vayamos a la calle.

Lo gracioso del caso es que el pobre, en vez de dar pena, provoca una sonrisa a todo el que lo ve, incluidos a nosotros, que no entendemos porqué se pone así si nunca ha tenido una mala experiencia con el pediatra. Lo cierto es que es un poquito ridículo ¿soy una mala madre por reirme de la pena de mi pobre niño? Ainsssss!!!!!, seguro que pensais que si, pero si lo viérais lo entenderíais.

Yo: ¿porqué te pones así? ¿te da miedo?
Pollito: si
Yo: pero si no te hace nada
Pollito: no
Yo: ¿es bueno?
Pollito: si
Yo: es tu amigo
Pollito: no, no

Vale, me queda claro: le da un miedo injustificado porque nunca le ha hecho nada malo, es bueno, pero a pesar de todo NO ES SU AMIGO.

Entra el pediatra y va el niño y se calla y se pone todo modosito a contestarle al médico como si no pasara nada y nosotros calro, en vez de enfadarnos por la que nos ha montado "la mar" de contentos porque después de dos años es la primera vez que al final se comporta como un hombrecito. Ahí! mi pobre niño que es que es mu chico.

Lo suyo sería que intentaran Una medicina para no llorar
¡Anda! ¡pues si resulta que ya la han inventado! así se llama este librito

Es de la editorial Edebé y cuenta la historia de Mar, una níña que lloraba por todo hasta que el pediatra le receta unas curiosas medicinas.

Las ilustraciones son muy expresivas y fáciles de interpretar. Y es una buena forma de familiarizar al niño con las visitas al médico y una buena excusa para hablar sobre el tema con los niños que se pasan el día llorando sin ningún motivo aparente.

El mundo de los médicos es algo que a los niños les encanta. Quién no ha jugado con sus muñecos o sus amiguitos a poner inyecciones y termómetros, oscultar y dar jarabes.

Mirad por ejemplo este precioso maletín de lata con un montón de cositas de madera: jeringuilla, bote con pastillitas, botecito de crema, estetoscopio, cucharita...y también una libretita con su lápiz para escribir las recetas y una especie de cofia con la cruz roja.

Un juguete con mucho encanto.



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