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1 de septiembre de 2014

Nostalgia post vacional

Llegó el final del verano y como siempre se me ha pasado en un pis pas. Soy de esas madres que sienten pena cuando llega Septiembre, que querrían que las vacaciones no se terminaran. La misma que hubo días que se subía por las paredes, que pensó mil veces que tenía que haberlo apuntado a un campamento, al que se quejaba de falta de tiempo para nada más que no fuera estar con él, a su ritmo. Esa soy yo, un cúmulo de contradicciones.

Este verano ha sido tan maravilloso como el anterior y aunque llegados a esta fecha y siendo inevitable, sólo quiero adentrarme en la rutina, no quiero que esta rutinaria anarquía termine.

Las circunstancias de este año han sido diferentes y no hemos hecho "favores egoistas" como el año pasado, pero no por eso hemos disfrutado menos o nos hemos aburrido más. No señor. Hemos aprendido a disfrutar más de la cama por las mañanas. El plural es un mero formalismo, siempre me ha gustado levantarme tarde y acostarme tarde, lo último no he dejado de hacerlo nunca (pueden dar fe las otras buhíllas de la red), pero hasta este último mes no le ha pillado el pollito el gusto mañanero a la cama. Justo ahora que tenemos que volver a madrugar.

Me siento afortunada, muy afortunada de poder disfrutar juntos de los veranos sin preocuparnos de horarios, de conciliación, sin más historias que ver pasar los días. Se que atesorará miles de recuerdos y que estaré en muchos de ellos. Recuerdos sencillos, la mayoría.

Hemos pasado las mañanas, como diría mi abuela, "a nuestro amor": despertando a la hora que nos pedía el cuerpo, sincronizados; remoloneando en la cama hasta las mil, de la teta a las cosquillas, las charlas, los juegos, los achuchones. De la cama al sofá, a continuar con la vagancia. Después del desayuno más tetita y dibujitos, más risas, más achuchones...sin prisas, no hay nada mejor que hacer que estar juntos. Sigue medio enamorado de ellas. No me pregunto ya hasta cuando.

La casa se recoge en un minuto, ventajas de que sea pequeña. Salir a comprar a la una y media con todo el calor después de hora y media y 4.000 "David vístete" no está tan mal, tender a las tres de la tarde no es taaaaaan malo como pueda pensarse. 

Hemos contado los minutos para que papá volviera del trabajo, explicando una y otra vez la suerte que teníamos de que trabajara y ganase dinero para todo lo que necesitamos. Lo hemos echado tanto de menos, que cada vez que llegaba era una fiesta tan grande como había sido para mi la pesadilla de contestar mil veces las mismas preguntas, día a día: ¿Donde está papá? Trabajando. ¿Cuanto falta para que venga? Un rato. ¿Ya va llegar papá? Dentro de poco...conversaciones mántricas sin fin.

Cambios. Muchas veces he oído decir que durante el verano los niños dan pasos de gigantes en su evolución. No se si porque pasamos más tiempo con ellos y somos más conscientes o porque es real, pero el caso es que el pollito ha crecido de lo lindo. No sólo en altura, que ha dado un buen estirón, sino en madurez. Decidió dormir en su cama y después abandonar el nido por completo, pasando su primera noche fuera de casa y le encantó. Se ha convertido en una pequeña costumbre eso de querer pasar más tiempo con la abuela, así que nosotros hemos salido a comer solos, a tomarnos una copa, nos hemos sentado a ver la tele sin tener un ente saltándonos por encima...un lujo y un placer, ¿porque no decirlo?

¡He leído libros! de papel para más inri y cuatro nada más y nada menos. Pocos en otras épocas, una barbaridad ahora que hacía mil que no podía/quería.

Hemos tenido ratos madre-hija, no tantos como mi mami hubiera querido pero poco a poco, aún él me necesita más y lo que es peor, ahora empieza a necesitarla a ella. Que se pensaba que no iba a llegar el día (jur, jur jur, risa maligna), pues se va a hartar. Tardes de compras, algún paseo, un plan cultural...buenos momentos.

Tardes de piscina, de películas, de parques, de playas...Días de amigos, muchos amigos. Me siento afortunada también por eso, por todas las personas con las que hemos compartido el tiempo estos meses. Planes sencillos pero fantásticos. Cumpleaños, noches en el parque, veladas relajadas, cines de verano, naturaleza, convivencia...Amigos de siempre y nuevos amigos. Desvirtualizaciones, cuanto me gusta poner cara y piel a la gente de la red y reencuentros, ay amiga que alegría estar juntas. Proyectos que no pudieron ser y City Guide que por fin vio la luz. 

El pollito se ha consolidado como un auténtico pecedillo. Lo que sufríamos todos con sus clases de natación...¿Habría sido diferente si ellas? Nunca lo sabremos, lo importante es que la autonomía que tiene en el agua le permite disfrutar al máximo del medio, sin importar que sea en el mar o en la piscina. Siempre dispuesto a bañarse en la playa, mi perfecto compañero. 

Cuantas noches nos hemos quedado sin cuento rendidos por el cansancio, cuantas nos hemos dormido a las mil, cuantas me ha hecho compañía dormido en el sofá mientras yo trabajaba en el ordenador. Unos tendrán a su gato, pero yo tengo un pollito. Que me dice: todo el mundo duerme de noche menos tú, que trabajas. 

¿Deberes, tareas? ¿Eso que es? Tenía la esperanza de retomar aquellos cuadernos de actividades tan chulos de Combel, pero se quedó en esperanza. De la sugerencia de la seño de escribir la lista de la compra y cosas así, poquito. Sin embargo, cuando lo hemos hecho, me ha dejado sorprendida lo bien que escribe tan sólo teniendo un poco de cuidado de pronunciar bien y dejarle un poco de tiempo para pensar. Ni mucho menos está más adelantado que muchos niños de su clase, pero me maravilla que sin haber hecho nada haya evolucionado tanto. No tengo ninguna duda que el impás de estos meses sin martilleos, sin exigencias por no olvidar lo aprendido ha sido bueno. Porque ha aprendido sin proponérselo tanto como a lo largo del curso.

Me pasaría horas escuchándolo contarme cosas de cuando era pequeño (como si fuera en otra vida), de la antigüedad...
¿Sabes mamá que en la antigüedad se escribía con pluma?
¿Donde has aprendido eso pollito? 
En Harry Potter


Absorbiendo como esponjas, a prendiendo a retazos de aquí y de allí, con esa otra forma de aprender, que es vivir.


Y ya pasó. Volvemos al cole, al trabajo, a la rutina, a los buenos propósitos, dejaremos atrás mucho, pero seguro, seguro, que seguiremos intentando disfrutar al máximo de todo.


2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho el post. Me gustan vuestra rutinaria anarquía, vuestros despertares al amor y lo mejor de todo es poder vivir de cerca con vosotros algunos momentos. Os quiero mucho.
    P.D. Todavía el clima dará tregua para que podamos hacer una o dos barbacoas ;)

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  2. Precioso post, me ha emocionado mucho leerte, me encanta el verano y todo lo que implica.
    Un abrazo <3

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