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24 de julio de 2012

Juan Minino, el gorrión

Una tarde en la piscina, David y su papá vieron un par de niños que tenían algo interesante. Los vi de lejos tan entusiasmados que me acerqué picada por la curiosidad. ¡Tenían un gorrión volantón! Había deseado encontrarme uno para criarlo con el peque y mira, ahí estaba porque los niños, un poco compungidos me explicaron que sus mamás no dejaban que se lo quedaran. Perfecto, porque en este caso yo era la mamá y sí quería que nos lo quedáramos.

Las circunstancias hacían que no pudiéramos dejarlo donde se calló para que lo recogieran sus padres, porque lo hizo justo encima de una toalla en plena tarde y de allí la gente no se va hasta que es de noche y entonces aparecen los gatos, carne de cañón. Por lo menos así tendría una oportunidad.

Recuerdo haber criado gorriones durante toda mi infancia. En realidad era mi madre, claro está. A ella le encantan, de hecho es su animal favorito. De joven crió pájaros y con la entrega y santa paciencia que tiene raro era el que no sobrevivía. Si tenían mucho frío les daba un grano de pimienta. Se pasaba toda la noche con el pajarillo de turno en su pecho, acurrucándolo cerca de su corazón, para descansar un poco antes de ir trabajar les hacía un nido con un trapo y le ponía un despertador de tictac. No se si era la crianza con apego o qué, pero ya os digo, pocos la “espichaban” (se morían).

El caso es que nos lo quedamos, todos empezábamos las vacaciones y nos íbamos de viajillo juntos. Abuelaexpertacriadoradegorriones incluida.

Primero un par de días en casa, todo parecía ir bien, al pajarillo se le veía más espabilado. Algo curioso, sólo la primera tarde, en la piscina pió y pió, llamando a sus padres, supongo,  después hizo mutis y casi no volví a oirlo piar, ya digo, raro, porque es como piden comida, nunca nos había pasado.

David estaba encantado. Lo bautizó Juan Minino (está “enganchao” a la peli El Gato con Botas). Quería que se lo pusiéramos en la mano, observaba muy atento cómo le dábamos de comer…

Mientras preparaba la maleta oí un ruido y cuando me asomé me encontré a mi niño dándole de comer al pajarito el solo. Había cogido toda la parafernalia, abierto la cajita y allí estaba. Todo un hombrecito de tres años. Me emocioné al ver lo bien que lo hacía y su predisposición de criar al animalito.

Después: viaje en coche, Selwo Marina, noches de hotel, Museo del Vidrio, bares…todo con el pajarito a cuestas. Alimentándolo a cada rato. Todo parecía ir bien. El pajarillo iba creciendo, estaba más espabilado, a veces, muy pocas veces piaba. Si no estabas muy al “liquindoy” se salía de la cajita, andurreaba por ahí. Lo dicho, todo bien. Pero bien, bien, no estaba. Tenía unos bultos un poco raros en sitios del cuerpo un poco raros, en fin, una no es muy experta, pero era un poco raro.

En la segunda etapa de las vacaciones, de repente, algo iba mal. Mi madre empezó a preocuparse. No quería comer, no hacía caca bien, estaba más raro todavía y todo hacía preveer lo peor. Se lo fuimos avisando a David: El pajarito está malito, no quiere comer.

Salimos a cenar y cuando regresamos con David dormido, el pajarillo ya había muerto.
Dilema. No queríamos tener el cadáver del animalito en la casa pero a la vez, llamadme macabra, quería que David lo viera para que físicamente viera qué pasaba cuando alguien moría.
Me parecía lo más idóneo porque hace ya algún tiempo que el hace alusiones a la muerte y que andamos buscando la manera de ir explicándole, según el nos vaya pidiendo y sabíamos que con la falta del pajarito lo iba a hacer.

Al final optamos por dejar el cuerpo del pajarito en el jardín para que la naturaleza siguiera su curso y se lo comiera un gato, total, sólo un par de semanas de prórroga tuvo el pobre y en ese tiempo sirvió de enseñanza a mi pollito. Era su animalito y tenía que cuidarlo, darle de comer, agua, vigilar que estuviera bien,  tratarlo con cariño...como a su tortuga Mara.

Ha sido una buena experiencia para él y para nosotros. En muy pocos días el pequeño ha podido vivir el el pajarito un ciclo de vida casi completo. Parece que nos lo han puesto en el camino para ayudarnos a explicarle un poco más.

Mamá ¿donde está Minino?
¿Te acuerdas que estaba malito? Pues se ha muerto
Todas las mañanas restantes, cuando se despertaba iba a la jaula a ver si Juan Minino había vuelto, preguntaba
¿Donde está el pajarito?
En una estrellita en el cielo. Le decía yo. Cada día el una perlita nueva salía de su boquita
¿Y donde está su mamá? Porque le leemos el cuento No es fácil pequeña ardilla y en él es la mamá la que muere y claro, lo relacionó
¿Se ha ido con el santo? jajajaja, me dijo un día, por la expresión "se me ha ido el santo al cielo", jajaja, a veces cuesta pillarlo :)
La abuela ha hecho magia y el pajarito se ha ido. Con cara de resignación y encogiendo los hombros

Hemos disfrutado la corta experiencia pero creo que no repetiremos (hasta el perro cuando podamos), mi madre se ha plantado y sin su ayuda experta…

PD: Una recomendación. Nada de pan con leche, que los pájaros no son mamíferos. Cereales, pan, fruta, huevo duro y agua, a medida que crezcan se le puede dar jamón de york (proteínas), lo que se parezca a semillas, frutos e insectos que es lo que comen en libertad… De muy, muy pequeños con un palillo plano, para imitar el pico de la madre, que lo introduce en el del polluelo hasta el fondo de la garganta. ¡Que parece que se va a tragar el palo! 

15 comentarios:

  1. Ohh, pobre pajarito. A nosotros se nos murió una de las tortugas y la verdad es que es un momento difícil, pero creo que deben de saber la verdad.

    Creo que fue una buena experiencia para todos. La próxima vez habrá que buscar en internet para saber qué se le debe de dar a un gorrión.

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    1. Ay Suu,no me hables de tortugas que estoy desesperá con la nuestra. Yo no he visto un animalito más apestoso. Ni por que le cambie el agua tres veces, ni porque le ponga un acuario con una bomba, ni porque la tenga suelta al libre albedrío. A ver si lo cuento por aquí y me dáis consejos.
      No nena, no hya que buscar en internet sobre la crianza de los gorriones. De verdad que hemos sacado a delante a muchos, muchos. Pero también entra en juego si el pajarillo está enfermo o no. Muchas veces no se caen, sino que los echan del nido cuando no están "perfectos". Los animales (por lo menos los gorriones) son muy radicales en eso.

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  2. Mi madre también ha salvado algún que otro gorrión cuando éramos pequeñas. Qué penita dan!!! Espero que David no lo haya pasado muy mal.
    Un besote enorme

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    1. El lo ha visto como algo natural, tampoco es que estuviera muchos días con nosotros, así que si el cariño es directamente proporcional al roce...algo le tendría, pero no mucho :)
      Muac

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  3. Con mis primos en el pueblo también recogimos algún gorrión, pero a nosotros no nos pasaban de la noche, no teníamos expertos. Yo lo pasaba fatal cuando se morían :-(, pero cuidar de un animalito es una experiencia preciosa.
    Un besazo!

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    1. Preciosa pero quizás demasiada responsabilidad en algunas circunstancias. A veces con estos actos, como quedarnos el pajarito, no somos conscientes de las repercusiones que tendrá. Soy demasiado impulsiva
      Muac

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  4. Ai Carmen, qué tierno!!!
    yo soy una amante de los animalitos, todos. Aunque los pollitos y todas las aves me dan un poco de repelús, los quiero igual. Me parece una gran experiencia para David, desde ya valorar la crianza de un animalito, darle de comer, preocuparse por él, me parece de lo mejor.
    Mi sobrino tiene 2 años y medio y en casa todos tenemos animales, él tiene dos perros, pero en casa de los tiets (nosotros) tenemos la gatita y la perrita. A él le encantan! los cuida, les da de comer, no les pega, es increíble. A mi me llama la tieta de la nina (que es como se llama mi gata!) ai... que me enrollo y ocupo 3 comentarios en uno!
    Carmen, me parece genial!!! ya verás como David se acordará de su amiguito toooooda la vida! estas experiencias nos hacen más grandes!
    Un besazooooooooooooo!!! Feliz Martes guapa!
    Eli

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    1. Ves, te pasa a ti con los pájaros como a mi con los gatos. Pero la tuya es tan mona...
      jejeje, yo siempre me refiero a los dueños de los animales como sus papás, así que para David son eso, las mascotas son como hijos. Las mismas responsabilidades, alegrías y tristezas. A otra escala, claro está
      Un abrazo

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  5. Me ha encantado esta entrada. Yo siempre quería llevarme a casa todos los animales del mundo, pero, claro está, mi madre se oponía la mayoría de las veces. Cuando me fui a vivir con papá colibrí, paseando por el parque nos encontramos un pajarito en el suelo. En realidad vimos como unos niños estaban "jugando" con él un poco de mala manera. Yo miré a papá colibrí con ojillos tiernos, como tengo ensayado de bien pequeña (jaja) y le dije, pobrecito...o se lo cargan los niños o se lo come un gato esta noche... Además estaba lloviendo y papá colibrí se fue a casa a por una caja de cartón mientras yo me quedaba a su lado. No se movía mucho, ni piaba y se dejó coger sin esfuerzo alguno, demasiado quietecito, pensé yo. Le intentamos dar pan, pure de fruta (todo con una jeringuilla) pero nada, no probó bocado y a la mañana siguiente ya estaba patas pa arriba. Le pusimos Thor.

    Pero son experiencias bonitas a pesar de todo y se aprenden grandes lecciones.
    Un abrazo

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    1. Si, a veces pasa eso, aunque se ponga todo de nuestra parte los pobrecillos se van. Así es la vida.
      De todas formas sigue siendo una bonita experiencia. A ver si en otro rato cuento la historia de algunos de los gorrioncillos que si viveron
      Un beso

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  6. Pues aquí ésta la pisagorriones. Soy cinco años menor que mi hermano y no queda metro cuadrado en el parque al lado de casa que no contenga una caja con su gorrión espachurrado dentro. Es una buena vivencia para los niños que si todo lo ven natural así lo vivirán con naturalidad. Mis padres tenían un loro gris africano desde hace quince años. Este invierno tuvo una infección respiratoria y murió. Por supuesto lo llevaron al cementerio familiar. Abril lo oyó todo y yo se lo expliqué tal cual. Un día alguien me preguntó por el loro y ella oí corta oí perezosa dijo,se ha muerto y el lelo lo ha enterrado en el parque. Después de aquello preguntó por su otro lelo,que lleva muerto años y me dijo. Mamá al lelo le pasó con al loro de los lelos,se murió y por eso no lo vemos. Los niños tienen una capacidad maravillosa. Abril ha cumplido tres años hace unos días y todo ésto pasó en invierno. Me encanta saber que hay gente que tratan a sus niños como tú.

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    1. Sin duda Abril es una niña muy lista, lo asumió muy bien. Quizás por lo pequeña que era. David ya no se conforma con esa respuesta simple. Ya está en la fase preguntona del porqué, Donde ha ido, pero donde ha ido, donde está, porque se ha ido...mil veces lo mismo y muchas veces es difícil responder sin ir muy lejos, tan lejos que no le sea comprensible y si nos cuesta a los adultos...cuanto más a ellos.
      Un beso

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  7. ¡Qué pena! :_(

    Yo también cuidé muchos gorriones de pequeña, pero una de las cosas que les daba era pan con leche (la ignorancia que es muy mala...). Conseguí que uno se salvará y llegó a adulto, pero tuvo que pasar finalmente a jaula la mayor parte del tiempo porque mis padres no querían que estuviera suelto en casa. En la jaula se hizo un poco "salvaje", ainsss, y un día finalmente al volver del instituto, lo encontré muerto :_(, mi madre siempre me decía que era un animal para estar libre y que en jaula finalmente morían :_(.

    Besotes!!!.

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    1. Uno de los que tuvimos que vivió mucho tiempo, lo hacía en libertad por casa. Dormía encima de una enciclopedia y un día, de repente, se quedó pajarito allí arriba, creo que después de oir un cohete. Dicen que sufren muchos infartos. No sé
      Muac

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  8. Pobre gorrioncito...seguro que lo cuidastéis la mar de bien, y tu peque habrá aprendido muchas cosas.
    Un besote gordo.

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