David y Miss Tetas. ¡Qué relación!

Ya os he hablado otras veces de esta curiosa relación, pero es que no deja de llamarme la atención y me resulta taannn divertida.

Para David, mis tetas son seres independientes a mi persona.

Odio cuando se le hace esta pregunta a los niños obligándolos a decidirse, pero yo sabía de antemano cual iba a ser la respuesta de mi niño.

David, ¿a quien quieres tú más que a nadie en el mundo?

A la tetita.

¿Veis?, ya os lo decía yo. No a tí mamá, que es la que tiene a las tetitas, es a ELLAS.

Me parto de risa cuando me estoy desnudando y las ve. Se pone como loco, como el que está dejando de fumar y percibe el humo del tabaco, aunque por ahora él no lo está dejando. 

¡Tetita, Tetita!, (con esa cara de guasa que tiene)

David, que ahora no puede ser.

Que sí mamá, solo un poquito.

Bueno, venga...

Pero otras veces

Que ahora no puede ser, que me tengo que ir ahora.

Mamá, que les voy a dar un besito. (saca una tetita, pone su carita encima dándole un achuchón y suelta ¡AYYY, que te quiero! y le planta un beso. Luego con la otra repite la operación, no se vaya a poner triste)

Y el otro día, después de haber estado durmiendo la siesta encima mía, por supuesto mamando casi todo el tiempo (como 2 horas), se pone a jugar y al rato me pide otra vez el pecho. 

Pero David, si te la acabas de tomar hace un momento. Bueno, venga...(yo la verdad no me hago nada de rogar) y me saco una tetita, la coge con las dos manos, la mira directamente a los ojos (si los tuviera, claro está) y le dice:

¡Holaaaa! ¡Qué hace mucho tiempo que no te veía! 

Y a mi no me queda más remedio que reirme a carcajadas limpias. ¡Es que tiene unas cosas!

Qué le voy a hacer, se me cae la baba (como a todas las madres con sus hijos, lo sé).

Ya había oido yo hablar de niños siguen tomando el pecho cuando ya tienen suficiente capacidad para expresarse, que explican qué pecho les gusta más en cada momento (porque como sabéis la leche cambia ligeramente de sabor según lo que comemos), hacen comparaciones con otros alimentos, en las que normalmente la tetita suele salir vencedora, pero claro, es que no es sólo un sabor, no es sólo leche.

Días después, él ya vestido para ir a la guarde. Yo me quito el pijama para empezar a vestirme
¡Ahhhhh! (Se pone a gritar hecho un energúmeno) Un besito mamá y un abrazo.
Me acerco. Mira a los "ojos" a Pecho (mi tetilla izquierda) le da un beso, un abrazo y le suelta: ¡Que te lo pases bien con mi mamá!. (Yo no podía contener la risa). Y después repite la operación con Tetita (mi tetilla derecha). Jajajajajaja...Todavía me estoy riendo con sus ocurrencias.

Un día les pinto unos grandes ojos, para que lo miren de frente cuando las saque, seguro que se le queda una cara...

Cuando luché por nuestra lactancia nunca pensé que llegáramos a disfrutar tantísimo con ella, que llegáramos tan lejos y que nos hiciera pasar ratos tan divertidos así que sólo por eso