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12 de enero de 2015

Las mujeres geneticamente sabemos limpiar

Hace unos días, uno de los concursantes de Master Chef Junior soltó esta lindeza: "Las chicas ya sabéis limpiar genéticamente". Tanto sus compañeras, como el programa fueron rápidos en replicarle. Oir eso, de boca de un niño, en un programa de televisión, hace que resuenen tracas en nuestros cerebros, al menos en el mío, a pesar de pasarnos el día sometidos a mensajes de ese tipo, más velados unos que otros pero diciendo lo mismo.

Días después me topé en facebook con un titular que aún chirriante me hizo pensar en otro enfoque. Me llevó a olvidarme de la coeducación, de la violencia machista, de lo establecido, de los roles, para centrame en la parte antropológica, ancestral. El matiz lo daba ese genéticamente que usó el niño. 

Vaya por delante que quizás no uso los términos correctos para lo que quiero expresar y que probablemente no sea muy exaustiva, perdón por ello, pero no por eso quiero dejar de hacer la reflexión.

El ser humano es una especie joven, muy joven. Desde nuestro nacimiento como lo que somos, cada género asumió unos roles determinados que venían determindos por las propias características físicas. Así las mujeres quedamos al cuidado de los hijos, a la recolección, a las labores domésticas cuando nos adoptamos la vida sedentaria. Los hombres, con otros "dones", se encargaban de cazar. Éramos diferentes, nuestro cuerpo, nuestra mente lo era...ni mejores ni peores, sólo diferentes y ambos necesarios, imprescindibles los dos.

Las mujeres nos hemos ocupado de las tareas domésticas la mayor parte de nuestra existencia como especie, así que sí "sabemos limpiar genéticamente". No hace tantos años que las cosas comenzaron a cambiar, que los hombres dejaron de salir a cazar, que la mujer se incorporó a la vida laboral.

No hace tantos años como para que se haya producido el cambio, la adaptación a la nueva situación de mujeres y hombres, donde (en teoría) ambos hacen (o pueden hacer) las mismas cosas (excepto las marcadas por la propia naturaleza como gestar, parir o lactar). No hay diferencia en cuanto a inteligencia y aptitud; gracias a las máquinas que nos facilitan el trabajo, la parte física también se solventa y ambos podemos ser abogados, trabajar en el campo, ser peluqueros o albañiles, limpiar, conducir un avión, coser o lo que nos echen.

Pero a pesar de todo no dejo de pensar que de alguna forma la memoria antropológica pesa y que es ella la que nos hace tender (hablo en general aún sabiendo que las generalidades nunca son buenas) a preferir unos juegos simbólicos a otros, a dedicarnos más a unas profesiones que a otras, como si tuviérmos una cierta predisposición a continuar haciendo, comportándonos como lo hemos venido haciendo durante millones de años, asumiendo los mismos roles.

Sin embargo eso no está reñido con pensar que el cambio tiene que producirse, que se está produciendo de echo, pero quizás acostumbrados a vivir vertiginosamente, con la inmediatez de las comunicaciones, no nos demos cuenta, que el cambio será lento, muy lento, mucho más lento de lo que nos gustaría. 

Mientras tanto tengamos pacienca y sigamos luchado, porque sin luchar por ello, sin continuar haciendo girar la rueda del cambio, nunca consiguermos olvidar.
Eduquemos en igualdad, compartamos y alternemos las tareas, que nos vean a todos hacer de todo; regalemos coches de capotas rosa, cajas de herramientas, puzles, muñecas y pelotas a niños y niñas; leámosles Super Lola, Mi padre es ama de casaLas princesas usan botas de montaña, todos estos cuentos sobre igualdad de género y muchos más. Un día, quizás muy lejano, pero un día, eso de que las mujeres limpiamos bien, quedará olvidado en la memoria ancentral, y genéticamente mujeres y hombres limpiarán igual. 
Imágen Mónica Carretero


8 comentarios:

  1. Pues estoy de acuerdo. Y creo que no hace falta mirar tan lejos en el futuro. Mr. X limpia divinamente porque su madre educó a sus hijos con igualdad (sobre todo teniendo en cuenta que hace unos añitos eso no era tan habitual), y con Peque pretendo hacer lo mismito. Es más, si se deja, hasta ganchillo le voy a enseñar, jejejejeje...
    Muas!

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    1. Al Gallo en su casa no lo educaron para hacerlo, sin embargo lo hacía en la mía cuando venía a verme (ya sabes que era un chiquillo), así que empezó a hacerlo en su casa también. Me parece que en cierto sentido lo eduqué yo jajajajaja

      Besososososososos

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  2. Uiinnnssss... pues voy a ser la voz discordante. Limpiar es una tarea muy moderna; es decir en la prehistoria los mejores dotados iban de caza (hipotéticamente individuos sanos, atléticos y fuertes o hábiles para ello). Y según las capacidades de cada uno, el resto de labores estarían repartidas... pero la limpieza, salvo parasitaría, no estaría contemplada como tal. Podría adecuarse un lugar para que fuera mas cómodo o caliente, pero es de suponer que esto podría hacerlo tanto una mujer embarazada como un hombre con una cojera o un anciano.
    Entonces tanto como genético no diría yo. Y si los hombres son capaces de limpiar con esmero, por ejemplo, una escopeta del siglo XVIII, un motor de un avión o un coche, creo que están capacitados para limpiar unos cristales.
    Otra cosa distinta es que estén educados para ello. Como muy bien dices, educar en igualdad es indispensable. Una entrada genial Gallina! ;)

    Besotes!

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    1. Tienes toda la razón del mundo. Ya advertía que no iba a ser muy exaustiva yo en esta entrada. Lo de la capacidad ahora, en el s XVIII y en la prehistoria no se puede poner en día, porque con dos manitas o una si me apuras es suficiente y eso ambos los tenemos.
      Lo que pretendía trasladar era algo así como que estamos geneticamente educados (concepto que me acabo de inventar jeje) para hacer las cosas así y que necesitamos seguir cambiando esa eduación recibida

      Gracias por tus apreciaciones!!!

      Un beso

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  3. Pues opino como por aquí arriba, limpiar no es genético porque no limpiamos desde hace tanto tiempo, tiene mucho más que ver con la educación. Sin embargo me gusta tu entrada, porque muestra que esta gallinita tiene un criterio propio que no se deja influenciar en exceso por la tiranía de lo políticamente correcto. No es nada fácil y se agradece una nota discordante como esta entre tanta homogeneidad.

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    1. A veces cuesta trabajo expresar lo que se quiere expresar, pero se intenta. Arriba también he intentado matizar un poco y te digo omo a Dibujos de Nube, tienes toda la razón

      Muaccc

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  4. Yo te he entendido. Quizás los roles los tenemos tan arraigados, de generación en generación, que forman parte intrínseca de nuestra forma de ser, de hacer, de transmitir y de educar. Creo que hasta cuando estamos radicalmente en contra de ellos es difícil librarse de esa mochila que nos transmitieron nuestras familias y que a su vez fueron transmitidas por otros. Las mujeres tenemos el complejo de sentir que limpiamos mejor, que los niños están mejor atendidos con nosotras, parece que nos miden por lo bien que tenemos la casa... y esa carga que la sociedad nos transmite desde que nacemos ya es hora de pasarla al otro!!!! ;)
    Buena reflexión guapa. Un abrazo

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  5. Has ahondado en el asunto de la genética. Me ha gustado leerte y además desde otro enfoque llegas a la misma conclusión que yo. Lo que dijo el niño, aunque nos provoque inmediatamente repulsa, no es tan descabellado, ni desde el punto de vista de la historia ni por supuesto desde el punto de vista de nuestra realidad cultural. Lo que pasa es que queda muy bien utilizar al niño de chivo expiatorio para limpiar conciencias, como si él tuviera la culpa de la herencia recibida.
    Gran reflexión.
    Besos!

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