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16 de enero de 2015

Hoy leemos Laura y el corazón de las cosas

Hace bastante tiempo ya que este libro de la editorial Destino llegó a casa. Fue el regalo de cumpleaños de una buena amiga. Sólo por eso le tengo un cariño especial, más ahora después de la anécdota que contaré al final

Laura y el corazón de las cosas es un libro profundo, con unas preciosas ilustraciones con un cierto aire retro. Aunque con bastante texto, encandiló al pollito allá por sus tres años. Mucho más ahora, que el mensaje cala en su cabecita y su corazón.

Hacía mucho que no lo leíamos y unas noches atrás lo escogió el Gallo para que se lo leyera a David antes de dormir. Entonces volvimos a sentir la magia de este libro.




Laura y el corazón de las cosas habla de una niña, o más bien de su mirada, de su forma de apreciar el sentir de las cosas; porque sí, las cosas, todas las cosas, tienen su corazoncito, quieren y son queridas, se necesitan y se cuidadan. 

Laura ve familias de cosas en todos sus juguetes y adevierte los paralelismos con su propia familia. El oso más grande es papá oso, el oso mediado, mamá osa y el pequeño el oso bebé. Papá y mamá oso cuidan de su bebé como su padre y su madre cuidan de ella. Los coches papás lleban en brazos a los coches bebés cuando estos están cansados, como sus papás la llevan a ella.
Laura veía familias de cosas en todas partes y como a su corazón llegaba el cariño que se tenían siempre las trataba con cariño y las guardaba juntas, agrupadas, para que se cuidaran y no se echaran de menos. ¿Será por eso que los niños son expertos en agrupar los juguetes, en hacer familia? ¿Será que no sólo Laura puede apreciar sus sentimientos? *

A medida que Laura crecía dejaba de jugar con muchas de sus cosas, que se iban quedando arrumbadas en un baúl. Sin nadie que las cuidara, que jugara con ellas se sentirían tristes, le explicó su madre. Así que sus juguetes tuvieron otra oportunidad en manos de otros niños. Juguetes  con sentimientos, imposible no recordar Toy Story, no puede haber un ejemplo mejor.

Aún cuando creció, sus ojos continuaron enseñándole el corazón de las objetos que la rodeaban, por eso sabía que no debía tener más de las que verdaderamente fuese capaz de usar y cuidar. ¿De qué le serviría tantas cosas que no pudiera darle su cariño usándolas? ¿De qué nos sirve acumular y acumular?

Recién pasadas las Navidades, con los excesos de regalos y juguetes, hace bien pararse a mirar con los ojos de Laura, llegar al corazón de las cosas y plantearnos si realmente tiene sentido tener tanto. Si no sería más sensato tener sólo lo justo a lo que le podamos prestar nuestra atención y cariño. 

Mientras le leía al pollito veía por su expresión y su silencio que estaba interiorizando el libro, que le estaba llegando. Quizás el efecto no sea instantáneo, pero confío en que esta manera de entender la vida arraigue en su corazón.

Gracias amiga, porque fue de verdad un regalo. 

Laura y el corazón de las cosas, Premio Infantil Destino Apel-les 2002-2003. Puedes leer a Loranzo Silva, su autor hablando de el libro aquí


* Dejad que comparta un recuerdo. Cuando yo era pequeña tendíamos la ropa en un laaaaaaargo cordel en la azotea. Nunca, jamás tendí una prenda pequeña al final del cordel. Las sentía desprotegidas, solas, si no estaban flanqueadas por una prenda bien grandota. Llamadla manía, pero de verdad que yo las sentía.

ANÉCDOTA - Unidas por un libro y un despiste

Hace unas noches, cuando leímos el libro, compartí una imágen suya en Instagram (#hoyleemos) y en Facebook. Fueron muchos los comentarios agradables. Entré a buscar la reseña aquí, segura de que la habría hecho en su momento pero no, no lo hice. Qué raro.
Varias personas me pidieron que lo reseñara, sin saber que ya había decidido que fuera el protagonista del siguiente Hoy leemos aquí en el blog. Una de ellas fue Inma Tercero, que además me lo agradeció de antemano en un comentario en el post del último viernes.

Cuál fue mi sorpresa cuando ayer vi la imágen que había compartido Inma Tercero de la lectura con su peque ese día...Laura y el corazón de las cosas. ¡Vaya! ya que tenía interés en la reseña y ya lo han leído, podía haberme etiquetado y decirme qué le había parecido el libro. Así se lo comenté. ¿De que hablas? Fue su respuesta. Comprobaciones, conversaciones, risas en facebook y en whasttap...¡¡¡si es que no se puede ser más pava!!! :D```

Mi amiga, con todo su despiste no había recordado que ese era el libro, ¡Con razón le sonaba cuando lo vió en la biblioteca! :D`

Aún nos estamos riendo, así que si queréis leer el mismo día no una, sino dos reseñas del mismo libro, sólo tenéis que visitar Mi Cucolinet


3 comentarios:

  1. Y lo que me he vuelto a reír, jajaja, qué malamente estoy mi niña X^D.

    Me ha encantado leer tu reseña, saber cómo llegó a casa, conocer vuestro sentir y cómo va calando en el pollito. Esa anécdota tuya de pequeña... Fantástica!!!.

    Ya sabes, un placer compartir y conectar siempre contigo!!!.

    RequeteBesotes!!!.

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  2. Jajajajajaja! Menudo despiste!!
    Muy chula la reseña Carmen, y ese recuerdo de la infancia... qué curiosa nuestra forma particular de entender el mundo.
    Muas!

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  3. Muchas gracias por tu reseña. Realmente había q leerla como recomendaba Inma! La verdad es q es curioso porque yo tengo un tenderete de los plegables y me ocurre lo mismo q a ti, en los extremos cuelgo siempre los polares del papi de la familia... es como que queda todo cerrado, protegido,... jeje... y mi peque de tres años también nombra mucho lo de las familias de juguetes con mamás y papás que se protegen... A lo mejor es cierto que somos capaces de tener esa sensibilidad que muestra Laura. Vuestra reseña me ha hecho estar más atenta a estas cosas. Gracias!!

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