Un día en la ópera

Recuerdo de niña algunos días especiales, uno de ellos, un día entre semana, después del cole, mi madre me recogió y me llevó al Parque de María Luisa. Le dimos de comer a las palomas, me tomé un helado... fue una tarde fantástica, tanto que aún la recuerdo, en parte quizás porque tengo varias fotos y las imágenes siempre ayudan a mantener vivos los momentos.

Eso hicimos hace un par de semanas, convertimos un simple miércoles en un día especial.

En un pueblo cercano representaban una ópera infantil, La Flauta mágica, me sonaba ese título, pero tampoco era tan raro siendo de Mózart. 

En el cole, tienen todos los días media hora de "educación musical" por así decirlo, una chica, música titulada, simpatiquísima, llega todos los días cargada de instrumentos, con ella aprenden de ellos, practican ritmos, aprender canciones, bailes...bajo el programa de la Fundación Barenboim-Said. Por ella vino un día hablando del amigo Mozart, un nombre que tocaba el piano y escribía notas musicales y que de tanto hacerlo se puso enfermo y se murió. Todo eso lo contaba dirigiendo con una batuta imaginaria y tarareando algo suyo. Recordaba tener guardado un par de fascículos de esas colecciones interminables de música para niños con cd, Mozart y Vivaldi.

El teatro se peta por sus bajo precios, pero curiosamente quedaban entradas, así que trazamos un plan, ni siquiera iríamos a casa a comer, viviríamos una aventura.

Recogí al pollito del cole y dando un paseo mientras me contaba su día llegamos a Mc Donalds...¿puede hacer alguna comida basura más feliz a un niño que un happy meal? allí entre nuggets, patatas y regalito, seguimos la charla

Rápido rápido al metro y de allí al tren de cercanías...qué divertido eso de ir en un tren chuchu, cambiar de asiento, mirar por la ventana...árboles "perenenes" y caducos, una estación, otra...a pocos kilómetros y parecía el fin del mundo

Nada más sentarme y ver la F proyectada en la pantalla que había en el escenario y leer Ferro Teatro. Ay madre, esto me suena mucho...David sentado en el filo de la butaca con ella cerrada. Como hacía yo en el teatro del cole (y de eso hace nada...¿o no?)

Nada más salir el primer actor...click...La flauta mágica de Mozart de Ferro Teatro...¡¡madre del amor hermoso!!...la misma ópera infantil que vimos en el Retiro hace ya dos años, si entonces con dos años justos lo disfrutó, esta vez...Cuando no estaba dirigiendo estaba siguiendo el compás con las palmadas y bailando al son de la melodía...disfrutamos como enanos, me sentí tan niña como él.

Cuando terminó el teatro aún tuvimos tiempo de dar un paseo en barco jajajaja

Al llegar a casa y mientras le contaba a su papi nuestra aventura busqué el librito de Mozart para completar la experiencia escuchando algo más del compositor y leyendo su historia...para mi sorpresa, se sabía el  texto divinamente y en un periquete me enseñó al compositor enfermo...y es que era el mismo libro con el que trabajaban en clase 0_0

Como cabía esperar, sin siesta y cargadito de emociones, terminó el día mataito, y sus sueños seguro  estuvieron plagados de notas musicales, de trenes chuchu y barcos, de árboles perenenes, de patatas fritas, de pianos y batutas, de Zoroastros y Paninas...

Y así, un simple miércoles pasó a ser un día mágico. Quizás, quien sabe, quede tan grabado en su mete y en su corazón, que recuerde este día al hacerse mayor.

PD: Esta semana hemos repetido, ayer mismo. Esta vez tomó el relevo del teatro su papi y mientras yo disfrutaba de la compañía de una amigo y su hijo, y digo amiga aunque era la primera vez que nos veíamos en persona. 
Decía una vez alguien que no se puede hablar de sentimientos a través de una pantalla y yo digo que no hay cosa más absurda que esa. He conocido a grandes personas detrás de nombres de blogs o de perfiles de facebook. La energía, buena o mala, llega también a través de la pantalla, más si cabe, porque el "anonimato" de un teclado te permite mostrarte tal y como eres. Así que de nuevo me siento afortunada por encontrar gente tan maravillosa