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15 de diciembre de 2016

Tan afortunados

Todo pasó de corrido. De esas veces que los acontecimientos se van sumando de casualidad, todos relacionados con el mismo tema que hicieron que esos días me sintiera especialmente afortunada, que tomara conciencia, una vez más, de cuantos motivos tenemos para dar las gracias. Y lo hicimos.

Gracias a nuestras chicas americanas, Mollie y Marlee celebramos, aunque con retraso, nuestra particular cena de Acción de Gracias al más puro estilo americano. Andaba esos días David haciendo un trabajo de investigación sobre Estados Unidos así que nos sumamos a #salvemoslas cenas de Ikea al más puro estilo Sparks and Rockets, aprovechando para hablar de sus tradiciones y de sus recetas típicas. Pollo a falta de pavo, Pumpkin Pie, batata con malvaviscos, verduras con semillas de calabaza, puré de patatas y Appel crumbel con helado de vainilla. Las chicas se pegaron el currazo de conseguir los ingredientes y cocinar. Por un rato me limité a ser el pinche sin más.
Batata, calabaza, manzana, naranja, canela, comino, jengibre...podréis imaginar cómo olía nuestra cocina. Podréis imaginar qué festín de productos de otoño nos dimos. Que afortunados somos.



Del otro lado, aquellos días se llevaba a cabo la recogida para el Banco de Alimentos de Sevilla. En el colegio, en cada supermercado en el que entrábamos...colaboramos con cada uno y cada vez recordaba de nuevo, como en cada campaña, como en cada año: "Debemos colaborar David, somos muy afortunados, no nos falta la comida, pagamos las facturas, si necesitamos ropa nueva la compramos...vamos al cine y al teatro, hacemos taller, salimos a comer por ahí de vez en cuando, nos damos algún capricho, nos vamos de vacaciones...otros no pueden...muchos no pueden. Qué afortunados somos.

Coincidió también con la Semana del Refugiado Sirio en la Biblioteca, entre sus acciones, una campaña de recogida de material para los campamentos de refugiados de la frontera de Siria y de Turquía. Pañales, biberones, compresas, cepillos de dientes, vendas, material escolar...Allí que nos fuimos también para hacer de mensajeros de la tita Encarna y allí nos topamos con una exposición de fotografías de lo más cruda de la vida en los campos de refugiados, de los viajes por mar apiñados en busca de una nueva vida. Ellos allí, nosotros pensando cuál de los libros de Jeronimo Stilton llevarnos a casa. Qué afortunados somos.

Mellegó un mail de Rayuela, la presentación de un libro en la Fundación Tres Culturas, un libro sobre refugiados, sobre huída, sobre sueños, El Viaje de Francesca Sanna. Allí nos fuimos y con ella vivimos y sentimos (más los adultos que los niños) cómo te puede cambiar la vida. Cómo podríamos pasar a ser ellos, los que huyen, los que buscan, los que sueñan, los que viajan dejando atrás su vida, en busca de "un lugar donde puedan vivir en paz y comenzar de nuevo su propia historia". Pero no lo somos, estábamos allí escuchando su historia. Qué afortunados somos.





2 comentarios:

  1. Qué afortunados de verdad Carmen, lo pienso cada día, y espero que nuestro hijos sepan darse cuenta de ello.
    Un abrazo preciosa.

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