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1 de abril de 2016

Hoy leemos La increíble historia del puntito Chimpún

A este blog pongo por testigo que no empezaremos otro libro gordo de Jerónimo Stilton hasta después del cumple del pollito y es que nos ha tenido secuestrados, literariamente hablando, desde navidades. Qué coñazo. Que no digo que esté bien ni mal, pero la verdad es que se me ha hecho suuuuuuperpesado leerlo a trocitos cada noche. Qué monótono, qué aburrido, qué tostón. Pero oigan que al pollito le molaba eso de leer el mismo libro que se estaba leyendo su compañero LG y tenía un ligero pique de quien iba más adelantado que el otro. 

En realidad hace días, o más bien semanas que lo terminamos, pero estábamos estamos tan agotados que caíamos rendidos sin llegar a hincarle el diente a nada. En cola tenemos varios álbumes ilustrados y hoy por fin hemos llegado con fuerzas para disfrutar uno de ellos: La increíble historia del puntito Chimpún. Tengo que darle las gracias al café que me he tomado en la merienda, que ha hecho que no caiga cao después y tenga un ratito para sentarme al pc. Lo echo de menos ehhhh!



Que el protagonista de una historia sea un punto es un punto. Un punto y final, Chimpún. Nunca lo había pensando, pero es verdad, debe de ser jodido poner fin a todo. Chimpún. No me extraña que el pobre Chimpún anduviera llorando por los rincones, no era para menos. Cortar el punto así debe de ser difícil de llevar. ¿Puede haber algo peor que se un cortapunto?
¡Pero qué punto! apareció Chamchán, otro punto y ¿qué pasa si juntamos a Chumpún y Chamchán? :



Oh yeah!!! Ya no hay final. Dos puntos, la historia continúa, la canción no se acaba, el viaje se alarga hasta no poder más y va llegando el punto final. 


Me ha gustado la idea dotar de entidad a un pequeño ente gramatical. La forma de explicar el concepto de fin y de continuidad a través de estos dos personajes. Aprender jugando como tantas veces me recuerda David que es lo mejor. Un aplauso a Inma Muñoz por haber materializado su idea y haberse atrevido con la autoedición, valiente que es y un ¡bravo! por haber elegido a Vireta para ilustrarla. Ya sabéis que siento debilidad por su trabajo. No me parece nada fácil dotar de personalidad a un punto. Es genial el incremento del color en el punto de inflexión de la historia. La explosión de alegría cuando por fin no es el fin. Y esos pequeños Chimpún terminando los párrafos me han parecido la mar de tiernos y juguetones. 

Ojalá este librito no sea un Chimpún y en equilibrio con un Chamchán Inma y Vir sigan creando historias ortográficas para aprender disfrutando ¿Qué decís? ¿Chim-Chán?

La increible historia del puntito Chimpún distribuida con la editorial Olelibros ya está presente en muchas librerías y se vende en ebook en varios países. Podéis haceros con el ebook aquí y en papel aquí


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